Sábado 30 de marzo de 2024, p. 15
Pekín. La compañía tecnológica china Xiaomi, conocida en el mundo de la tecnología por sus teléfonos inteligentes, entró oficialmente en el sector del automóvil con la presentación de su primer coche eléctrico: el Speed Ultra 7 (SU7), con el que aspira a competir con gigantes chinos, como BYD, pero también con los modelos occidentales más posicionados, como Tesla.
El fundador de la compañía, Lei Jun, concluyó anteanoche una presentación de más de dos horas en esta capital sobre el vehículo deportivo, con detalles al estilo de Porsche, al anunciar que el rango de precios de la versión Stándar costará 29 mil 872 dólares, la Pro 34 mil 66 y la Max 41 mil 544, cuando el Model 3 de Tesla cuesta poco más de 34 mil dólares en China.
Xiaomi confirmó que recibió 50 mil pedidos en los primeros 27 minutos después de que se abrieran las ventas a las 22 horas locales de esa noche. Saldrá a la venta en 211 tiendas en 39 ciudades chinas a finales de este año, confirmó Lei, pero el ni la empresa revelaron si tienen planes para venderlo en el extranjero.
Lei también dijo que muchas de las capacidades del SU7, que ha sido comparado con los modelos Taycan y Panamera, de Porsche, rebasaron a otras marcas, por ejemplo, su autonomía mínima de 700 kilómetros supera los 567 del Model 3.
Las entregas de los modelos Stándard y Max comenzarán a finales de abril próximo y las de los modelos Pro a finales de mayo. Lei adelantó que se perdería dinero con el modelo básico.
El sector de vehículos eléctricos de China ha crecido muy rápidamente en los últimos años, gracias a los subsidios, que se suspendieron en 2022.
La mayoría de las ventas de la industria han sido nacionales, pero los fabricantes chinos están incursionando en los mercados extranjeros con modelos de menor precio, lo que plantea un desafío potencial para las compañías automotrices estadunidenses, europeas y japonesas, que en algunos casos han acusado al gigante asiático de querer inundar
sus mercados con productos de alta gama y bajo costo.
Desde entonces los fabricantes chinos han lanzado una guerra de precios en un mercado saturado.