a jerarquía católica de España y el papado bendijeron al dictador Francisco Franco durante los 36 años que impuso su ley en ese país. Esa jerarquía sigue en poder de lo más retrógrado del clero y es aliada de grupos fascistas, como Vox.

Añoran los tiempos en que Juan Pablo II y Benedicto XVI protegieron a la Iglesia contra quienes pedían una apertura de temas intocables. Gozaron de protección los que cometieron y toleraron abusos sexuales de sacerdotes contra menores. Dijeron que en España jamás existieron. Investigaciones recientes muestran que hubo miles.

Contra Francisco y sus reformas y declaraciones han expresado su parecer públicamente varios sacerdotes españoles. Uno, Francisco Vergara, de la diócesis de Orihuela-Alicante, afirmó que el actual pontífice es un hereje magistralmente, algo que no se había dado nunca en la Iglesia. Y un espurio, cuyo magisterio va contra la doctrina católica, pues saca herejías que la contradicen.

Entre las más graves, cita la comunión y absolución de los divorciados que se han vuelto a casar; la de equiparar todas las religiones y despojar de la sobrenaturalidad a la Iglesia católica, o la bendición a parejas irregulares, es decir, homosexuales, no casados o divorciados.

Además, porque la renuncia de Benedicto XVI no fue válida. El obispo de la diócesis no tuvo más remedio que apartar a Vergara de la parroquia en que desde hace 30 años guiaba a su rebaño, y reiterar fidelidad al sucesor de Pedro.

La opinión del citado cura coincide con los comentarios de sacerdotes del arzobispado de Toledo subidos a YouTube y otras redes sociales, en los cuales aseguran rezar para que el Papa pueda ir al cielo cuanto antes, aludiendo a la quebrantada salud de Francisco. Uno de ellos es Juan Razo, de la diócesis mexicana de Saltillo.

Otros curas toledanos han manifestado su rechazo al Papa al encabezar una recogida de firmas para que Francisco anule la declaración Fiducia supplicans, en la que aprobó bendecir a las parejas homosexuales, aunque sin equipararlas al matrimonio.

Si bien la jerarquía católica española condenó esas proclamas, todo apunta a que comparte muchas de ellas, y sigue negando el número de abusos sexuales cometidos por curas, como veremos el viernes.