Cerca del final, el público tricolor hizo reaparecer el grito discriminatorio
Lunes 25 de marzo de 2024, p. a12
Un fantasma persigue a México desde hace casi cinco años. En partidos de eliminatoria rumbo al Mundial y torneos regionales, sus pasos producen ruidos que aparecen de golpe, reclamos tan profundos que ningún jugador sabe descifrar.
Eso es hoy Estados Unidos, un rival que ha hecho sentir su presencia en cada partido, con un silencio pudoroso y la fuerza suficiente para ganar su tercer campeonato en la Liga de Naciones de Concacaf en una final (2-0) que dejó sensaciones ilusorias de frío y temblor en el Tricolor de Jaime Lozano.
Los goles de Tyler Adams (45) y Giovanni Reyna (63) construyeron su propio relato en el AT&T Stadium de Dallas. En un momento en que despuntan las teorías de la conspiración y otras explicaciones irracionales, la única certeza en las dos jugadas es que el arquero Guillermo Ochoa pudo haber hecho algo más, al menos al recorrer su portería para atajar los disparos de larga distancia. Miles de aficionados estadunidenses lo celebraron con un ensordecedor “¡U-S-A, U-S-A (iu-es-ei)!”, que por momentos pareció imbatible.
En ese ambiente de clásico, con los dos representativos más opuestos y complementarios, el público tricolor respondió con frustración y reapareció el grito de “ehhh pu…” en los despejes desde la línea del área chica de Matt Turner, obligando al árbitro Drew Fischer a activar la primera fase del protocolo de prevención contra actos discriminatorios, a falta de tres minutos para el final. Ya para entonces, era común observar en las gradas la salida anticipada de decenas de seguidores connacionales decepcionados por el nivel de juego de su selección.
Lozano, sucesor del argentino Diego Cocca después del Mundial de Qatar, perdió la misión más importante que tenía antes de disputar la Copa América 2024, pero, además, alimentó una marea creciente de críticas y señalamientos por dejar otra vez en el banquillo al goleador más rentable que tiene en Europa, Santiago Giménez, quien, pese a los pocos minutos que tuvo frente a los rivales, generó la única ocasión esperanzadora en ataque, en un penal que fue corregido por el VAR a los 72 minutos.
Si la película de terror se extendió más tiempo de lo debido fue porque en los minutos de reposición los tricolores volvieron a cargar contra el portero Turner con el grito ofensivo. La segunda advertencia del silbante fue también el resumen de la realidad de la escuadra: rostros afligidos, criaturas sobrenaturales rondando la cabeza del entrenador y un espíritu derrotado, pese al título de la Copa Oro hace unos meses. Adams y Reyna celebraron sus anotaciones con las manos detrás de los oídos, como queriendo escuchar aquellas voces que daban por vencido a su equipo en la televisión.
En el clásico de Concacaf nada se entiende sin una coronación y un derrumbe. Desde septiembre de 2019, cuando ganó por última vez a su acérrimo rival en un amistoso, México ha caído una y otra vez en lo mismo. No hay mucho qué decir. En el país nos exigen resultados y victorias. Tuvimos oportunidades, pero no las concretamos
, afirmó Edson Álvarez al término del encuentro.
La afición no se merece esto. Si estamos trabajando, ahora hay que hacerlo al doble, porque no se nos han dado los resultados
, concluyó el futbolista del Porto, Jorge Sánchez.
Jamaica, tercer lugar
Horas antes de la final, Jamaica elevó el fervor de sus aficionados al derrotar 1-0 a Panamá y quedarse con el tercer lugar de la Liga de Naciones.
El lateral Dexter Lembikisa marcó el único gol del triunfo (42), con una brillante acción individual en la que recortó mediante una bicicleta a su defensor antes de lanzar un zurdazo al arco.
El golpe fue profundo en el ánimo de los panameños, que tuvieron la mejor ocasión para empatar en los pies de José Rodríguez, pero el delantero falló en un mano a mano frente al arquero Andre Blake.
Así, los Reggae Boyz finalizaron en el tercer escalón del podio de la Liga de Naciones, luego de caer en semifinales , el jueves, ante Estados Unidos, cuando tuvieron la ventaja durante 96 minutos, hasta que Cory Burke anotó en propia puerta el 1-1.
Los canaleros, que tropezaron el jueves 3-0 frente a México, brindaron otra pobre actuación ofensiva y se marcharon de la fase final sin anotar. La escuadra que dirige el español Thomas Christiansen concluyó en el cuarto lugar del torneo por segunda edición consecutiva.