dignificación estética de los movimientos sociales
El estudio de diseño expone La Merced resiste en Casa Talavera
Lunes 25 de marzo de 2024, p. 4
El proyecto Gran Om tiene su origen en 2006 en la propaganda gráfica para movimientos sociales. Con el tiempo, el ahora estudio de artes visuales ha trabajado con movimientos en resistencia, principalmente indígenas, como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el Consejo Indígena de Gobierno, o cualquier movilización con demandas que le parezcan loables
.
La exposición La Merced resiste: Gran Om, de alrededor de 120 carteles, montada en el Centro Cultural Casa Talavera (CCCT) y museografía de Ernesto Bejarano, es la primera revisión de su trabajo de más de 15 años. Curada por Yunuén Sariego, se divide en cinco núcleos temáticos: los motivos que los inspiraron a trabajar con los movimientos sociales; la desobediencia como modo de resistencia; la lucha por la equidad de género: las luchas feministas, juventud y cambio.
El proyecto se divide en dos partes y se complementa con talleres impartidos por artistas de Gran Om, en los que integrantes de comunidades del barrio de La Merced y de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, de la que depende el CCCT, generarán una nueva serie de carteles relacionados con el patrimonio material e inmaterial de la zona, mimos que serán expuestos en el mismo recinto a partir del 9 de mayo. Gran Om consta de cuatro miembros fijos y nueve intermitentes, dependiendo del proyecto.
Para Omar Inzunza, fundador de Gran Om, la premisa fue desde un principio dignificar de manera estética los movimientos, porque notamos que este aspecto es importante para considerar las luchas que, por lo normal, se relacionan con la austeridad y precariedad, por la naturaleza de los sucesos
.
El primer movimiento que apoyaron fue el de Atenco, en 2006, por la necesidad de acercar la gráfica a los sucesos. Si bien tenemos una tradición larga de gráfica popular, a la que los movimientos sociales siempre han estado cercanos, en ese entonces sentía que era muy lento lo que sucedía en esos términos
, dice Inzunza a La Jornada.
Los carteles se caracterizan por el empleo de colores fuertes, marcados. Aunque esto fue una consecuencia indirecta, no premeditada. Inzunza señala que “desde un principio se decidió no ocupar nunca el blanco. Me parece que a la larga es más bien el gusto por una paleta de colores particular, una serie de texturas y estilos.
La experiencia que tenemos es de toda la historia de la gráfica del cartel como tal, y viene desde la propaganda de la Revolución Cultural China, la vanguardia rusa, la guerra civil española y la Segunda Guerra Mundial. Todo lo referente a la propaganda es bien colorido.
–¿Cómo funciona el estudio? ¿Ustedes se acercan a los movimientos sociales?
–Con el tiempo se ha construido una relación cercana con algunos de ellos. El proyecto generó su reputación a niveles de lucha y por mucho tiempo fue lo único que hacíamos.
“Viví unos años en Chiapas, y tuve la fortuna de tener acercamiento con los zapatistas, que considero mi formación más humanista, en la que he basado mi proyecto personal, profesional y artístico. Desde la lógica de mandar obedeciendo, una de las grandes enseñanzas, comprendí que había que poner el proyecto al servicio del pueblo. Poco a poco las personas se fueron acercando para solicitar apoyo. Por años hemos trabajado con movimientos sociales, sin costo.
El proyecto La Merced resiste: Gran Om contó con el Estímulo Fiscal del Artículo 190 de la ISR y el apoyo de la operadora de restaurantes Alsea.
Omar Inzunza se congratula de que gran parte del presupuesto asignado fue para rehabilitar las salas de exposición del CCCT
.
La muestra La Merced resiste: Gran Om permanecerá hasta el 9 de julio en el Centro Cultural Casa Talavera (calle Talavera 20, Centro Histórico).