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La farsa de los concursos de oposición
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uienes hemos trabajado en la investigación académica sabemos que los concursos de oposición serían una farsa si no fueran, como lo son, el mecanismo de reproducción de los grupos de poder y las castas doradas. Hace un año, cuando describí la derechización de la UNAM, sostuve que sus elitistas torres de marfil se sostienen sobre cuatro pilares jurídico-políticos, uno de los cuales garantiza la reproducción de su casta dorada, porque los concursos de oposición se han convertido en una burla (https://acortar.link/LK8eOs).

No sólo la UNAM: es toda la academia. Y esta vez la burla que nos hizo el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) rebasó los límites, aunque nadie ha alzado la voz, porque es lo normal. La semana pasada esa benemérita institución sacó a concurso de oposición abierto 67 plazas académicas. Revisé las convocatorias y a cada paso creció mi estupefacción. Antes de ir a ellas digamos que, como es de rigor, una de las tres bases del concurso es la presentación y defensa ante jurado de un proyecto de investigación, lo que en el papel está muy bien (ya tendríamos que entrar al tema de la conformación de los jurados y quién los designa, pero sería llover sobre mojado). Se añade que hay que presentarlo en plazo no mayor a 30 días naturales contados a partir de la fecha de publicación de la presente convocatoria.

Revisé las 64 convocatorias. Algunas sí parecen abiertas a concurso, pero a la mayoría sólo les faltan el nombre y el apellido del colega que ocupará la plaza a partir de octubre, quizá amigo o alumno dilecto del profesor cuyo nombre se ve en el link que enlaza a cada una de ellas. Expongo textualmente algunas, limitándome en cada caso al apartado que reza: “Examen escrito que consiste en la presentación de un proyecto de investigación científica, cuyo tema será…

La caracterización de materiales constitutivos presentes en obra mural, cerámica o pétrea mediante láminas delgadas con microscopio petrográfico. Quizá es una especialidad técnica muy específica que se necesita en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía, por tanto, me declaro incompetente, ya que hay convocatorias que están destinadas a responsabilidades muy, muy específicas que sin duda alguien ya desempeña, lo que hace risible la ficción del concurso abierto (en todo caso, habría que preguntarse por qué esos trabajos, esas tareas específicas son las que serán recompensadas con una de esas doradas plazas). ¿Ejemplos?

Historia de la colección de las culturas de la costa del Golfo del Museo Nacional de Antropología y propuesta de actualización de la sala (ningún estudioso de las culturas de la costa del Golfo podría presentar en 30 días una propuesta de actualización de la sala que pueda competir con la de quien ya la tiene preparada). Otra: Presentación de un guion científico para sala permanente del Museo Regional de Guadalajara, cuyo tema será: historia de la vida cotidiana de los siglos XVIII y XIX: la élite en Jalisco a través de las colecciones del Museo Regional de Guadalajara (conozco ese guion y es bueno, pero ¿por qué la farsa de llamar a un concurso de oposición abierto que sólo una persona puede cumplir?). Este es una perla: Perspectivas historiográficas de la cultura libresca en bibliotecas dominicas y jesuíticas novohispanas. La necesidad de un catálogo del fondo antiguo del Museo Nacional del Virreinato. En fin, estudio e interpretación bioantropológico de restos óseos humanos depositados en la bodega de bienes culturales del centro INAH Zacatecas.

Esos ejemplos son de trabajos que ya están en curso, pero hay unos pensados descaradamente para reclutar a alguien en específico excluyendo al resto de la humanidad (y mejor ni averiguar el grado de amistad o discipulado con el profesor responsable de la convovatoria). Veamos éste: Los cambios en las características y ocupaciones de los trabajadores y su impacto en las transformaciones del territorio y el paisaje de la Ciudad de México en la segunda mitad del siglo XIX a través del análisis estadístico y cartográfico (sólo faltó reproducir textualmente el título de la tesis del colega que a partir de octubre impartirá clases en la ENAH).

¿Qué tal éstos? Los documentos fotográficos en el patrimonio bajo resguardo del INAH. La presencia fotográfica en el museo nacional en las exposiciones universales (1876-1904). O las primeras cosechas y las primeras aldeas del periodo formativo temprano-medio del occidente de México en Jalisco (si trabajas el formativo tardío en Jalisco o el formativo temprano-medio en Nayarit, olvídalo). ¿Por qué no ésta?, relevancia de los intelectuales extranjeros migrantes hacia Morelos en el siglo XX. Éste sin duda ya está en marcha: una propuesta metodológica para la organización y estudio de los materiales arqueológicos del proyecto La Ventilla, temporadas 1992-2020. También para la ENAH, y sin comentarios sobre la redacción: examen escrito que consiste en la presentación de un proyecto de investigación científica, cuyo tema se inscriba en el área de historiografía que relacione la historiografía grecolatina y medieval, con la historiografía de América Latina de los siglos XVI y XVII, con los objetivos del plan de estudios de la licenciatura en historia.

Otro día hablamos de las prioridades y los temas de los investigadores del INAH.

(https://acortar.link/6UOwZQ)