Aritmética electoral
res problemas tienen anclada la baja popularidad del presidente Biden: la inflación, la frontera con México y el conflicto entre Palestina e Israel. Sobre la inflación hay visos cada vez más claros de que en poco tiempo bajarán los precios en los productos más esenciales; en el asunto de la frontera, Biden está por decretar una serie de medidas que no dejarán conformes a todos, pero que podrían resolver el problema temporalmente; el conflicto en la franja de Gaza entre Palestina e Israel ya empezó a hacer mella en las posibilidades del mandatario en su pretensión de relegirse. En las votaciones primarias en Michigan, celebradas el martes pasado, Biden perdió 100 mil votos de partidarios demócratas. La razón: el boicoteo al que las organizaciones de la comunidad árabe llamaron en el sentido de anular el voto debido a que el presidente ha sido parco en exigir a Netanyahu que cese las hostilidades en contra de los palestinos en la franja de Gaza. Para poner en perspectiva el impacto que puede tener el boicoteo, vale citar un dato de las elecciones pasadas: en las elecciones generales de 2020, Biden ganó Michigan por un margen de 150 mil votos; en los próximos comicios, en noviembre, los resultados prometen ser muy cerrados, y los 100 mil sufragios que negaron su voto a Biden el martes pasado pudieran determinar su derrota en ese estado. Cabe recordar que, en el Colegio Electoral se decide la elección general, y los 15 votos de Michigan pudieran ser indispensables para que Biden ganara la elección general. Lo que puede ser más trascendente aún, es que de extenderse el boicoteo de las comunidades árabes en toda el país el daño para Biden pudiera ser más grave. Es evidente en este caso que la aritmética también pasa por la política exterior.
No hay duda de que el mandatario ha sopesado cuidadosamente esta situación, que incluso puede extenderse a otras comunidades no necesariamente árabes. Diferentes grupos que apoyan a Israel también han expresado su desacuerdo con la actitud intransigente de Netanyahu, quien insiste en borrar del mapa a Hamas, no importando que en esa empresa mueran miles de palestinos, 30 mil a la fecha (NYT). Tampoco entienden la negativa de Netanyahu en considerar la posibilidad de dos estados como una medida para resolver, de una vez por todas, el ancestral dilema entre Palestina e Israel. Sería desastroso para Estados Unidos, y para todo el mundo, que la política beligerante de Netanyahu, fuera la responsable de que el señor Trump llegara nuevamente a la Casa Blanca.