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Mueren al menos 15 niños de hambre y deshidratación en hospital de Gaza
 
Periódico La Jornada
Lunes 4 de marzo de 2024, p. 20

El Cairo., Al menos 15 niños murieron de inanición y deshidratación, sólo en el hospital Kamal Adwan, en el norte de Gaza. Estas muertes trágicas son provocadas por el hombre, son predecibles y totalmente evitables, denunció ayer el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), al tiempo que en Rafah, en el sur de la franja, Rania Abu Anza perdió este fin de semana a sus mellizos recién nacidos, durante un bombardeo israelí.

Tememos por la vida de otros seis niños que sufren desnutrición y diarrea en la unidad de cuidados intensivos del Kamal Adwan por falta del suministro del generador eléctrico y de oxígeno, así como la debilidad de las capacidades médicas, declaró Ashraf Al-Qidra, portavoz del ministerio gazatí de Sanidad.

La sensación de impotencia y desesperación entre padres y médicos al darse cuenta de que la ayuda vital, a pocos kilómetros de distancia, se mantiene fuera de alcance, debe de ser insoportable, pero peor aún es el llanto de esos bebés que perecen ante la mirada del mundo, escribió la directora de Unicef para Medio Oriente y África, Adele Khodr.

Las vidas de miles de bebés y niños dependen de que se tomen medidas urgentes ahora, sostuvo en un comunicado.

Por otra parte, Rania Abu Anza, quien tardó 10 años y tres rondas de fertilización in vitro en quedar embarazada, perdió en cuestión de segundos a sus mellizos de cinco meses, niño y niña, que nacieron y murieron en un bombardeo.

Rania despertó alrededor de las 10 de la noche para amamantar a su hijo Naeim y volvió a dormir con él en un brazo y Wissam, la niña, en el otro. Su marido, jornalero de 29 años, dormía junto a ellos.

La explosión se produjo una hora y media después. La casa se vino abajo matando a sus hijos, a su esposo y a 11 familiares más. Otros nueve aún están bajo los escombros, según narraron algunos sobrevivientes.

Los ataques aéreos llegan normalmente a mitad de la noche, impactan viviendas familiares, incluso en Rafah, declarada zona segura por Israel pero que ahora es el próximo objetivo de su devastadora ofensiva terrestre.

El gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu asegura que intenta no causar daño a la población civil y culpa de ello al grupo Hamas porque coloca combatientes, túneles y lanzadores de cohetes en densas zonas residenciales.

Pero Israel no comenta sobre ataques específicos que a menudo cobran las vidas de mujeres y niños.