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Funeral de Navalny, entre cerco policial y miles de simpatizantes

Corean el nombre del líder opositor muerto en una prisión del Ártico // Arrestan a 57 personas en diferentes ciudades rusas

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▲ El único templo ortodoxo en aceptar celebrar las exequias de cuerpo presente concedió ayer 20 minutos de homilía. Por seguridad, sólo pudieron participar los familiares directos y unas decenas de seguidores en la iglesia ubicada en Marino, Moscú.Foto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 2 de marzo de 2024, p. 19

Moscú. En medio de un gran despliegue policial y pese al riesgo de sufrir represalias, miles de personas acudieron al cementerio Borisovoye, del suburbio de Marino en la capital rusa, para dar el último adiós a Aleksei Navalny, líder opositor muerto en una prisión del Ártico hace dos semanas y cuyos restos recibieron sepultura ayer.

Aunque la televisión pública ignoró el funeral, varias transmisiones en directo por Internet, con videos y fotografías enviados por los asistentes, así como información proporcionada por allegados de Navalny, hicieron posible seguir cada minuto lo que iba pasando desde que los padres de Navalny, –su viuda, Yulia, quien hace días anunció que va a continuar la lucha de su marido, y sus hijos están fuera de Rusia– acudieron a la morgue a recoger su cadáver hasta que cerró el cementerio.

El ataúd salió del servicio forense con hora y media de retraso, en un clima de confusión por la tardanza y los rumores de una emergente falla mecánica en el vehículo fúnebre contratado.

Resuelta la logística, el cortejo se dirigió hacia el único templo ortodoxo que aceptó llevar a cabo las exequias de cuerpo presente, la iglesia del Ícono de la Virgen María, Alivia mi Dolor, en el mismo distrito capitalino donde el principal adversario del Kremlin vivió durante muchos años con su esposa e hijos.

La multitud congregada afuera del templo recibió el féretro coreando su nombre y con un nutrido aplauso. Pero sólo decenas de simpatizantes, quienes formaron con horas de antelación una fila de varios kilómetros de largo, pudieron entrar en el templo y asistir a la ceremonia oficiada por un pope durante escasos 20 minutos.

Los que se quedaron fuera del templo, tras despedir con aplausos y tirando flores sobre el vehículo mortuorio, recorrieron a pie los 40 minutos que separa la iglesia del cementerio Borisovoye, juntándose en el camino con los que optaron por ir directamente ahí, formando un torrente humano de varios kilómetros de largo.

En el cementerio se produjeron minutos de tensa espera, cuando la carroza luctuosa llegó, pero el vehículo de los empleados de la funeraria quedó atascado antes de un corte vial que la policía implanta regularmente y el tráfico en muchas calles, por lo que no había quién cargara el ataúd.

Finalmente, pudieron llegar y se llevó a cabo una breve ceremonia, a la que las autoridades permitieron asistir sólo a los padres y otros familiares. Concluido el funeral de Navalny, miles de personas siguieron pasando en silencio durante varias horas para inclinar la cabeza delante de su tumba o depositar flores.

La viuda –igual que muchos de los miembros del equipo de Navalny en el exilio– no pudo asistir al entierro y se despidió de su esposo con este mensaje en la red social X: “Liosha (diminutivo de Aleksei), muchas gracias por darme estos 6 años de felicidad absoluta. (…) No sé cómo vivir sin ti, pero haré todo lo posible para que allá arriba te sientas feliz por mí y orgulloso de mí. No sé si lo conseguiré”.

El Kremlin, por medio de su vocero, expuso que nada tiene que decir a los familiares de Navalny y, a pregunta de un reportero, se negó a hacer una valoración política del opositor. En cambio, advirtió que aquellos que participen en concentraciones (multitudinarias) no autorizadas deberán responder ante la ley. La alcaldía de Moscú no dio permiso para organizar una marcha en memoria de Navalny y Boris Nemtsov (también opositor, asesinado por un sicario en un puente junto al Kremlin) bajo el pretexto de restricciones por la pandemia.

La despedida masiva con Navalny transcurrió mayormente en silencio, pero hubo momentos en que se convirtió en un acto de repulsa al Kremlin, y se escucharon consignas como ¡Rusia será libre! y ¡Los soldados, a casa!

OVD-Info, organización no gubernamental que documenta los arrestos en Rusia, dio a conocer un balance preliminar de 57 detenidos en 13 ciudades del país, la mayoría en Moscú.