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Abierto Mexicano de Tenis

El AMT les dará casa nueva

Como película de terror, los damnificados recuerdan al huracán Otis

Esperan que mucha gente vaya a los partidos y que den mucho trabajo

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▲ La gente perdió su patrimonio en un instante por el huracán.Foto cortesía Gudelina Tapia
Enviada
Periódico La Jornada
Martes 27 de febrero de 2024, p. a11

Acapulco, Gro., Las láminas del techo se desprendieron como película de terror, la puerta del refrigerador terminó en la calle y Julio apenas pudo salvar la vida luego de caerle un pedazo de madera sobre el cuerpo.

Lo recuerda entre lágrimas; por un momento pensó que moriría al no tener dónde guarecerse del vendaval provocado por el huracán Otis, en octubre del año pasado.

Tuve suerte, no se cómo salí vivo. Mi casa era de madera y se perdió con el huracán, ahora vivo con unos vecinos que me dejan quedar en un cuarto, narra el damnificado que está por recibir un nuevo hogar producto de una alianza del Abierto Mexicano de Tenis con una empresa de construcción.

Don Julio tenía un velero pero también se perdió, así como su fuente de ingresos, aunque pocos, pero servían para satisfacer sus necesidades básicas.

Todo lo que junté en 30 años de vivir aquí se lo llevó el huracán, ahorita hemos recibido apoyo del gobierno para comprar comida y con el respaldo de los vecinos estoy mejor ...y vivo.

No fue el único que lo perdió todo en la calle Calamar.

La señora Gudelina Tapia vio desaparecer su patrimonio en minutos y tuvo que ser rescatada por su hija.

“He vivido aquí por 20 años y ya habíamos pasado otros huracanes como el Paulina, que dejó todo muy feo, también sufrimos con Ingrid y Manuel, pero no dejaron tanta devastación. Estoy muy agradecida de que las personas que organizan el Abierto Mexicano de Tenis se hayan tomado el tiempo de venir y ayudarnos. Espero que mucha gente vaya a los partidos y que den mucho trabajo a la gente de Acapulco”, contó.

Recién operada de los ojos, Gudelina no encendió el televisor por lo que no supo de la magnitud del huracán Otis. Fue hasta que voló la primera lámina y llegó su hija con una toalla para colocársela en la cabeza, que comprendió la intensidad del fenómeno.

Mis cosas se perdieron así como todo lo que utilizaba para vender tortas. Con las semanas me he ido reponiendo y también tengo los enseres que me dio el gobierno: un refrigerador, una estufa, un ventilador, unos sartenes, el colchón y una licuadora. Hay mucha necesidad todavía, pero los mexicanos somos fuertes y vamos a salir adelante, como siempre.

Julio y Gudelina cuentan los días para recibir su nuevo hogar y comenzar de nuevo. Aunque la economía aún no recobra la normalidad, sueñan con regresar a vender alimentos y manejar un nuevo velero que les permita recuperar un poco de lo que perdieron hace cuatro meses.