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Defiende experto refinería de Cadereyta; cerrarla o reubicarla no es opción
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 26 de febrero de 2024, p. 36

Monterrey, NL., La principal fuente de contaminación en la zona metropolitana de Monterrey no es la refinería de Petróleos Mexicanos (Pemex) instalada en Cadereyta, sino el tráfico vehicular, así como la industria siderúrgica y cementera, aseguró Ángel Balderas Puga, académico de la Universidad Autónoma de Querétaro y del Instituto Tecnológico de esa misma entidad.

El maestro en ciencias indicó que cerrar o reubicar la planta refinadora no es una opción, e incluso hacerlo sería contraproducente, pues se detendría el abasto de combustible en el norte del país, y además sería altamente costoso.

Balderas Puga visitó Nuevo León para dictar una conferencia en defensa de la refinería de Cadereyta.

En el acto, el especialista sostuvo que de acuerdo con diversas mediciones, vehículos y empresas contaminan más que la refinería, y alegó que si la tendencia fuera cerrar las seis refinerías que operan en el país y la de Dos Bocas, México dejaría de producir 250 mil barriles diarios, lo que representaría una baja en ingresos de 10 mil millones de dólares anuales por combustibles, que sería necesario importar.

Expuso que paralizar al país sería tremendamente costoso, y resultaría más barato instrumentar mecanismos de inversión para reducir la contaminación derivada de la refinería de Cadereyta.

Balderas Puga aseguró que estudios revelan que la polución generada en Cadereyta no va a la zona metropolitana de Monterrey, y los problemas en el rubro que enfrenta la capital del estado son resultado del aumento en el parque vehicular y por unidades que no son eléctricas y se encuentran en mal estado, además de un transporte público ineficiente e industria contaminante.

El especialista en temas energéticos pidió a las autoridades estatales, encabezadas por el gobernador Samuel García, y a quienes exigen el cierre o reubicación de las instalaciones de Pemex, que sean serios y recuerden la escasez ocurrida cuando el gobernador de Texas, Greg Abbot, dejó a México sin gas.

Quien propone el cierre de la refinería también tendría que explicarnos de dónde van a salir esos petrolíferos, porque si dejamos de producir en Nuevo León 250 mil barriles diarios, tendría un costo de 10 mil millones de dólares anuales, por lo que al tipo de cambio actual serían 180 mil 200 millones de pesos en el mismo lapso.

Insistió en que de cerrarse la refinería de Cadereyta “vamos a paralizar la industria en la entidad, a traer miles de pipas diarias de Texas, por lo que la solución más viable es –dado que el petróleo es un recurso no renovable– utilizar lo que nos queda de esta riqueza petrolera para ayudar a financiar fuentes alternativas de energía.