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Cambios en hábitos de consumo en EU reducen la inflación
 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de febrero de 2024, p. 29

Washington. La inflación ha cambiado la manera en que muchos estadunidenses compran. Ahora, esas modificaciones en los hábitos de consumo ayudan a reducir el alza de precios.

Hartos de que los precios se mantengan, en promedio, alrededor de 19 por ciento por encima de lo que estaban antes de la pandemia, los consumidores contratacan.

En las tiendas de comestibles, cambian las marcas reconocidas por artículos de marca propia –también llamada marca blanca, marca privada o marca de distribuidor–, compran en tiendas de descuento o simplemente compran menos artículos como bocadillos o alimentos gourmet.

Cada vez más estadunidenses también compran vehículos usados, en lugar de nuevos, lo que obliga a algunas concesionarias a ofrecer descuentos en autos nuevos otra vez.

En los meses recientes, la resistencia de los consumidores ha llevado a las grandes empresas de alimentos a responder reduciendo drásticamente sus aumentos de precios desde los máximos de los pasados tres años.

Unilever incrementó sus precios 13.3 por ciento en promedio en todas sus marcas en 2022. Su volumen de ventas cayó 3.6 por ciento ese año. En respuesta, aumentó los precios sólo 2.8 por ciento el año pasado; las ventas subieron 1.8 por ciento.

Sin embargo, esto no significa que en general los precios de los comestibles volverán a caer a los niveles de hace unos años, aunque en el caso de algunos productos –incluidos huevos, manzanas y leche– los precios están por debajo de sus máximos.

Los menores aumentos de los precios de los alimentos deberían ayudar a enfriar aún más la inflación general, que ha caído drásticamente desde un máximo de 9.1 por ciento en 2022 hasta 3.1 por ciento.

La reacción de los consumidores contra los precios altos sugiere a muchos economistas que la inflación debería disminuir aún más. Eso haría que este episodio de inflación fuera marcadamente diferente de los debilitantes picos de precios de la década de 1970 y principios de la de 1980, que tardaron más en ser derrotados. Cuando persiste una inflación alta, los consumidores a menudo desarrollan una sicología inflacionaria: los precios en constante aumento provocan que aceleren sus compras antes de que los costos aumenten aún más, una tendencia que puede perpetuar la inflación.

Ese era el temor: que todo el mundo tolerara precios más altos, explicó Gregory Daco, principal economista de EY, una firma consultora, quien señala que eso no ha ocurrido. No creo que hayamos entrado en un régimen de alta inflación.

Muchos consumidores han reaccionado como Stuart Dryden, asegurador comercial de un banco. Ante las grandes disparidades de precios entre los productos de industrias reconocidas prefiere adquirir la marca propia de la tienda.