Jueves 22 de febrero de 2024, p. 29
Acapulco, Gro., Hasta aquí llegamos
fue la sentencia contundente de Alejandro, experto en el tráfico de la ciudad y luego de que habían pasado varios minutos sin que su vehículo pudiera avanzar. Otra vez hay bloqueo
dijo al tiempo que volteó y recomendó caminar hasta donde va
.
Aún faltaban varios kilómetros y el sol caía a plomo, pero no había otra opción. Las principales vialidades estaban cerradas por las personas que desde hace varios días exigen ser incluidas en el censo de damnificados por el huracán Otis.
Aunque Alejandro y otros taxistas aseguraron: los inconformes no son de aquí; pero al ver que el gobierno ha sido generoso, también quieren ser beneficiarios
.
Comentaron que las familias con verdaderas afectaciones en sus viviendas recibieron un dinero que jamás imaginaron tener
.
Hasta 100 mil pesos obtuvieron algunas personas, cuyas viviendas quedaron destruidas por el meteoro. Les recomendaron (personal de la Secretaría del Bienestar) que las arreglaran y pusieran losas de concreto para que no les volviera a pasar
.
Algunos sí han hecho caso
, dijo Alejandro. Otros no tanto
, pero por eso, junto con la distribución de enseres y despensas, otros se quieren aprovechar
.
Lo cierto es que aunque hubo un compromiso de personal de la Secretaría del Bienestar para atender las exigencias de los inconformes que durante dos días mantuvieron cerrada la costera Miguel Alemán, al no cumplirse, un grupo decidió volver a cerrar las vialidades: la costera, avenida Cuauhtémoc, a la altura del parque Papagayo, y la avenida Ruiz Cortines.
Cientos de personas tuvieron que bajarse del transporte público y caminar para llegar a sus destinos, mientras los automovilistas se resignaron al avance más que lento hasta alcanzar alguna calle que los sacara del bloqueo.
En el parque Papagayo, a donde fueron convocados quienes demandan ser incluidos en el censo de la Secretaría del Bienestar hicieron varias filas, según lo que pidieran: el apoyo económico para reconstruir sus casas, despensas o enseres domésticos.
Unas personas, aparentemente empleados de la dependencia federal, recopilaron copias de los documentos de las personas para revisarlas. Nosotros nos comunicamos con ustedes
, dijeron y se fueron sin entregar ningún documento ante la incredulidad de los demandantes. ¿Con qué comprobamos que entregamos nuestros papeles?
, gritó una señora, pero ya no tuvo respuesta.