Ciudad de Panamá. Al tiempo que oficialmente se anunció que la décima conferencia de las partes (COP10) del Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) concluía en Panamá con decisiones históricas para seguir protegiendo a las personas de la plaga del tabaquismo y enfrentando a la industria, desde la sociedad civil se hacía saber que aquella había conseguido sabotear parcialmente el éxito de la reunión.

La COP10 adoptó decisiones histó-ricas para proteger el ambiente de los daños del tabaco y abordar la publicidad, promoción, patrocinio transfronterizos y la representación del tabaco en los medios de entretenimiento, dijo la principal ejecutiva del CMCT, la médica uruguaya Adriana Blanco Marquizo.

En la decisión se insta a las partes a tener en cuenta los efectos ambientales del cultivo, la fabricación y el consumo de productos de tabaco, así como de los residuos que generan, y a fortalecer la aplicación de este artículo, por ejemplo, mediante políticas nacionales relacionadas con el tabaco y la protección del medio ambiente, agregó en su balance.

Pero una evaluación de la organización no gubernamental Corporate Accountability, presente como observadora en la reunión, apuntaba que las grandes tabacaleras habían metido la mano en la conferencia, impidiendo mayores acuerdos.

Varios países, como Guatemala, Filipinas, China, Rusia, Antigua y Barbuda, entre otros, se han hecho eco de los puntos de conversación de la industria que intentan presentar los productos de tabaco calentado y los vaporizadores como menos riesgosos que los cigarrillos, y piden más debate e investigación sobre el tema, lo que retrasaría la aplicación de medidas que salvan vidas, dijo Daniel Dorado, principal líder de esa ONG.

Otra forma de interferir y socavar la COP10 consistió en que grupos alineados con los intereses y argumentos de las tabacalera organizaron eventos paralelos a la cumbre con argumentos como la supuesta falta de transparencia y exclusión.

En efecto, desde el inicio de la COP10, las tabacaleras se hicieron sentir, con protestas de supuestos productores y quejándose de no ser admitidas. También desde Brasil llegó un comité de parlamentarios de las zonas tabacaleras que ha presionado a la delegación brasileña a favor de la industria, dijo Dorado.

Pese a que las grandes tabacaleras dejaron clara su intención de socavar las negociaciones, Dorado dijo que “las partes adoptaron una postura firme para proteger el tratado", con avances en las áreas de responsabilidad y protección del medio ambiente y los derechos humanos.