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Cumbre en Panamá

Tabacaleras mantienen saboteo a las políticas de salud, acusa la OMS
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▲ La industria intenta presentar nuevos productos de nicotina como una opción inocua.Foto Ap
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Periódico La Jornada
Miércoles 7 de febrero de 2024, p. 20

Panamá. Aún no comenzaba la décima conferencia de las partes (COP10) del Convenio Marco para el Control de Tabaco (CMCT), cuando se hicieron evidentes los esfuerzos de la industria tabacalera para sabotearla: en las cercanías del Centro de Convenciones de Panamá supuestos productores de tabaco protestaban en contra de la reunión.

Al mismo tiempo, consumidores de tabaco calentado y de vapeadores saborizados –los más recientes artilugios que la industria vende como inocuos, menos dañinos y/o facilitadores de la cesación–, exigían inútilmente ser admitidos.

Y durante la primera plenaria para aprobar la agenda de la cita global –a la que asisten mil 200 delegados representantes de más de 180 países–, desde delegaciones oficiales surgían voces para modificarla, intentos que fueron interpretados como potenciales infiltraciones de las tabacaleras.

EL CMCT tiene casi 20 años de vigencia y la COP10 es la primera reunión presencial en seis años

Hay de dulce y de agraz, según relata la jefa del secretariado del CMCT, la médica uruguaya Adriana Blanco Marquizo.

Las tendencias de la prevalencia del consumo de tabaco entre adultos muestran un descenso constante, desde 33 por ciento en 2000 a 22 por ciento en las décadas siguientes; el número de fumadores ha disminuido a pesar del continuo crecimiento de la población mundial; los países que introducen legislación nacional conforme al tratado siguen al alza.

Adicionalmente, el Protocolo contra el comercio ilícito de productos de tabaco, un anexo que es parte integral del CMCT y que fija disposiciones para controlar su producción y comercialización global, ha sido ratificado por 68 países.

Las buenas noticias incluyen que cada vez más países aplican estrategias integrales antitabaco; que aumentó el tamaño de las advertencias sanitarias en las cajetillas o bien se adoptó el empaquetado neutro (no identifica la marca); que en cuatro regiones de la OMS hubo un aumento en la carga fiscal, mientras en una se cumple la pauta de que los impuestos representen al menos 75 por ciento del precio; en síntesis, varios países prevén reducir el consumo a menos de 5 por ciento de la población.

Las malas noticias

“Pero –qué palabra tan fea, chiquita y fea–, desafortunadamente no todo son buenas noticias”, dice Blanco.

Resume que tres son los desafíos principales: lentitud en la aplicación del convenio; el desafío que representan los productos de tabaco emergentes, y la permanente interferencia de la industria en las políticas de salud pública.

Respecto del primero, si bien la pandemia del covid-19 pudo ser la causa principal de la no aceleración reciente en el control del tabaco, no es la única. Hay medidas que están completamente en manos de los ministerios de Salud, como crear espacios libres de humo y las advertencias graficas, que pueden instaurarse mediante decretos, pero estamos lejos de su aplicación integral y universal.

El segundo desafío es la creciente disponibilidad de productos de tabaco y nicotina novedosos, es un problema muy preocupante por el aumento del consumo de estos productos en los jóvenes. Ello se explica, dice, por el mensaje falso de la industria que los describe como un sustituto del control del tabaco, mientras trata de reclamar su puesto como parte de la solución a una epidemia que la industria ha creado y continúa alimentando.

Por último, sigue omnipresente la incesante interferencia que ocurre en todos los rincones del mundo; no hay país, grande o pequeño, rico o pobre, donde no se presenten conflictos de intereses.

Si bien el propio CMCT, en su artículo 5.3 brinda herramientas para acabar con aquella, desafortunadamente es de los que se aplican como menor intensidad, de hecho podemos medir la importancia y el impacto de esta conferencia observando los esfuerzos que la industria ha emprendido para desestabilizarla, argumentó.

Como mensaje final a los conferencistas, Blanco Marquizo recuerda que estamos aquí para proteger a las personas de una industria que se beneficia del sufrimiento y de la muerte, pero ella asegura confiar en que al final, la decencia y la verdad prevalecerán.