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Confirman presencia de criminales cerca de los sitios en tres estados

Zonas arqueológicas no han cerrado por inseguridad: INAH

Tabasco: bandas ya infiltraron a los pueblos indígenas

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▲ Desde diciembre, la zona de Yaxchilán (arriba) se mantiene en condición de no acceso a visitantes, debido a problemas de índole social. A la izquierda, un mural de Bonampak, sitio que permanece abierto. En ambos, el Instituto Nacional de Antropología e Historia no ha dejado de atender sus obligaciones para preservar el patrimonio nacional.Foto Elizabeth Mendizabal Arzate y cortesía del INAH
 
Periódico La Jornada
Viernes 26 de enero de 2024, p. 16

En entrevista con La Jornada, el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto reconoció que la presencia de grupos delincuenciales en Chiapas sí inhiben las visitas a algunas zonas arqueológicas de la entidad, pero aclaró que el INAH no es la instancia encargada de atender los fenómenos de la delincuencia.

El antropólogo negó que las zonas arqueológicas de Bonampak, El Lagartero, Yaxchilán y Toniná, en el estado de Chiapas, se encuentren cerradas por motivos de inseguridad y delincuencia.

Confirmó que las dos primeras se encuentran abiertas al público, mientras las otras dos permanecen sin acceso al público; una, por problemas de índole social en la comunidad de Frontera Corozal y, la otra, “por problemas de propiedad de la tierra.

He sabido de la presencia de grupos delincuenciales en esa región y en ese estado, eso es conocido por todos, no es ajeno, pero no nos ha impedido atender nuestras obligaciones. Claro, lo hacemos con prudencia y siempre en coordinación con las fuerzas de seguridad; es decir, con las entidades que sí se hacen cargo de atender las incidencias de inseguridad y delincuencia organizada en la región, reiteró.

De la zona de Yaxchilán, cuyo acceso es sólo posible a través del río Usumacinta, el funcionario detalló que desde diciembre se mantiene en condición de no acceso a visitantes, debido a que las cooperativas de Frontera Corozal, por problemáticas de índole social y de seguridad, no están dando de manera cotidiana el servicio de transporte en lancha.

De manera que el acceso a través del río ahora no es dable y por lo tanto el INAH no recomienda ir, para que los turistas no tengan una frustrada experiencia, apuntó, y agregó que la zona de Toniná permanece cerrada porque parte del acceso es propiedad de un particular, con el cual el instituto está acordando una indemnización.

El director del INAH insistió en que siguen cumpliendo su misión y trabajando en esas y todas las zonas arqueológicas que nos corresponde proteger, siempre atendiendo a protocolos de conservación del patrimonio arqueológico, pero también a acciones que priorizan la seguridad y la protección de la vida de las personas, en este caso, los profesionistas, los encargados de las zonas, los custodios y el público visitante, a quien por supuesto cuidamos y atendemos con esmero.

Prieto aseguró que, al igual que El Lagartero, a la fecha Bonampak se encuentra abierta al público. Precisó que esta última ha cerrado en algunos momentos, en especial el año pasado, por situaciones de la conflictividad interna que añejamente han existido en el seno de la comunidad lacandona donde se encuentra situada.

Hoy está abierta al público. Por supuesto que la gente de los lacandones ejerce algunos cobros que ellos han establecido, pero la zona está abierta, cuidada y protegida, insistió. Esos cobros son los que hacen los lacandones de la comunidad de Lacanjá por trasladar a los visitantes en un vehículo del poblado a la zona arqueológica, ya que impiden el acceso a la misma de autos particulares.

Para concluir, Diego Prieto remarcó que el INAH ha mantenido sus labores de protección, conservación, investigación, cuidado, vigilancia y mantenimiento en todas las zonas arqueológicas mencionadas, como está obligado por ley.

En Tabasco, en los alrededores de otras zonas arqueológicas de esa entidad, los fenómenos de inseguridad e infiltración de pueblos indígenas por el crimen organizado tienen en alerta a sitios históricos como Moral Reforma y Pomoná, expusieron pobladores de las comunidades aledañas, quienes aseguraron que para acceder a algunos de estos lugares patrimoniales es mejor evitar áreas que consideran peligrosas.

En tanto, en Campeche, en las cercanías de la frontera con Guatemala y donde se ubica el yacimiento arqueológico de El Tigre, se vive un ambiente de amenaza hacia los habitantes, según testimonios recabados durante un recorrido de La Jornada por la región, sin que hasta el momento haya cierres de los sitios arqueológicos.