Opinión
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Isocronías

Ocho cucharadas de poesía

H

ay quienes se esfuerzan en el artificio y hay quienes trabajan con naturalidad por la naturalidad. ¿Sofistas y socráticos?

La naturalidad de la poesía no está en el lenguaje al que se recurre, sino en el uso especializado, que del lenguaje –del general o, de otro modo dicho, del considerado el lenguaje por antonomasia, el de las palabras– hace uso, que aun cuando no le es exclusivo, primordialmente elige, cultiva, privilegia, es en ella paradigmático.

Hacia afuera, admitir: hago poesía (o poemas o versos), mas hacia adentro pertinente es lo contrario, decirse poeta soy –y comprometerse a fondo con (por descontado, existe) la vocación y sacar la casta, arder destino.

“Para ti, para Dios, para todos, / digo esto. / Esto digo / desde Dios, desde todos, desde ti. / ¿Y desde mí / y para mí? / Sí, desde luego, mas no, nunca, sin / lo que anterior a la pregunta / queda dicho. // Desde todo es que hablo o mi voz habla / como si para nada, / casi como si nada / para todo. // Y lo que dice digo, aunque me es dicho. / Dicho quede.”

Algo soñado entre el sábado y el domingo: “Gaby dijo: Yo he estado / debajo de la luna / contando las estrellas / que el viento me dejó”. Tal vez en el sueño se le preguntaba a Gaby dónde había estado. En el sueño mismo yo hacía esfuerzos por al despertar no olvidar tales palabras, tales versos, cuyo final (me dejó) tendía a convertirse en: le cortó. Dormido decidí que lo dicho por Gaby fue lo arriba anotado. No es imposible que, también en sueños, a manera de guía haya agregado lo que ahora es el título. Desperté a oscuras, prendí la luz, anoté los versos y la variante equívoca. No diré que lo transcrito es un poema, sí que en el sueño tales palabras resonaron poéticas y que fueron oídas por el del sueño como dichas en sueños o como entresoñadas por esa específica Gaby (conozco varias Gabrielas, sólo tres Gabys –una cuarta, poeta, ya murió) hablando como en clave un decir que aún no logro descifrar.

–Si no sabes ser barroco –le dije a un amigo respecto a cierta estrofa suya que encontré confusa, sobrecargada de vocablos, amontonamiento de imágenes que no conseguían definir con nitidez una imagen–, sé clásico. Aguantó.

Poeta no hay, si poeta o cuan-do poeta, que no se reconozca metá-fora de la persona que según eso es.

–Ocio creador es una cosa –dijo–, creación ociosa otra, y de esto último… ¡cómo y cuánto hay!