Lunes 22 de enero de 2024, p. 25
Manchester. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, suspendió ayer su campaña por la candidatura presidencial republicana, con lo que puso fin a su intento por llegar a la Casa Blanca en vísperas de las primarias de Nueva Hampshire y a la vez respaldó a su acérrimo rival, Donald Trump.
La decisión deja a este último y a la ex embajadora ante la Organización de Naciones Unidas, Nikki Haley, como los últimos dos candidatos de relevancia en la contienda de cara a las primarias de mañana en Nueva Hampshire.
El equipo de campaña de Trump dijo en un comunicado que estaba honrado
por el respaldo de DeSantis, y llamó a los republicanos a unirse en torno de él, desestimando a Haley como la candidata de los globalistas y los demócratas
.
Este es el escenario que los rivales de Trump dentro del Partido Republicano deseaban desde hace tiempo, y eleva lo que está en juego en la contienda de esta semana como la última oportunidad del partido para frenar al ex presidente que ha dominado las campañas hasta ahora.
Pero mientras algunos críticos de Trump aplaudieron la decisión, DeSantis se inclinó ante el dominio de Trump en las primarias –y atacó a Haley– en un video publicado en redes sociales en el que anunció su salida de la contienda.
Me queda claro que una mayoría de los votantes de las primarias republicanas quieren darle otra oportunidad a Donald Trump
, señaló mientras veía directamente a la cámara, con un tono animado, pero con sonrisas forzadas.
Decisión del gobernador de Florida tras derrota en Iowa
La decisión de DeSantis, si bien no es del todo sorprendente al tomar en cuenta su derrota por 30 puntos porcentuales de diferencia la semana pasada en Iowa, significa el fin de un declive extraordinario para un gobernador de renombre del que alguna vez se pensó que sería una amenaza genuina a la supremacía de Trump en el Partido Republicano.
Mientras, el magnate, quien enfrenta 91 cargos criminales, defendió que los presidentes del país tengan inmunidad total
y puso de ejemplo las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki, en Japón, al final de la Segunda Guerra Mundial.
“Harry Truman no lo habría hecho si pensamos en Hiroshima. No fue tal vez una buena acción, pero seguro puso fin a la Segunda Guerra Mundial, ¿no?, Nagasaki. No lo habría hecho porque diría: ‘mis rivales me imputarán’”, argumentó en Manchester, Nueva Hampshire.