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De la otra ciudad

Las orquídeas, especialidad de la casa

Nopales, frutas y flores, una combinación exitosa

En la cooperativa Jardín Alondra, de Milpa Alta, se enseña a los visitantes a cultivar sus propios huertos

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▲ En el predio de la empresa en Milpa Alta se ven orquídeas de invernadero y hasta un árbol de cerezo, entre nopales, jitomates, alcachofas y otros cultivos, por lo que tienen trabajo todo el año .Foto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Domingo 21 de enero de 2024, p. 29

A Miguel Ángel Montaño su padre le dijo hace unos 10 años al cederle la casa en el pueblo San Jerónimo Miacatlán, Milpa Alta: Tú siémbrale nopales; allí es común ver en los traspatios sembradíos de cactáceas.

Desde entonces conservó la nopalera en 3 mil 500 metros cuadrados bajo el concepto de cultivo combinado, junto con alcachofa, chile manzano, jitomate, chilacayote, acelgas, pitaya y granadilla; además, se aventuró a trasladar allí el negocio de siembra de plantas de ornato y hortalizas que empezó 20 años atrás con compañeros del bachillerato en la zona chinampera de Caltongo, en Xochimilco.

Su curiosidad por descubrir qué plantas podría reproducir en invernaderos sobre tierras de cultivo distintas del sustrato que proveen los canales de la zona lacustre, en laderas de la montaña de Milpa Alta, cuando en invierno se registran temperaturas de hasta 5 grados, consolidó un proyecto destinado a sembrar plantas y árboles endémicos de la ciudad y de otras entidades, así como a transmitir conocimientos mediante talleres para quienes visitan ese lugar, al que nombró Jardín Alondra, y que puedan poner en práctica en huertos urbanos en sus domicilios.

La finca, ubicada en avenida Santa Ana 26 –por el rumbo del tanque de agua de San Jerónimo Miacatlán–, se aproxima a un jardín botánico con una colección de más de 800 especies vegetales de clima húmedo y seco, entre las que están plantas esenciales como las orquídeas, con unas 50 distintas variedades.

Jardín Alondra da la bienvenida con dos murales en la fachada con frases que para Miguel definen la filosofía del lugar, un poema de Nezahualcóyotl: Amo el canto del cenzontle, pájaro de cuatrocientas voces. Amo el color del jade y el enervante perfume de las flores, pero amo más a mi hermano: el hombre, junto al retrato del rey acolhua.

En el segundo mural, bajo un rostro femenino rodeado de flores y aves que ofrece de sus manos un corazón, una variante de la frase de El principito, de Antoine de Saint-Exupéry, el zorro dice al pequeño al distinguir la flor que cultivó y cuidó del resto: Es el tiempo que pasas con tu rosa lo que la hace especial.

Una planta, agrega Miguel, es un ser vivo que va a estar contigo, un ser del que te haces responsable y que te hará tomar conciencia de convivir con la naturaleza, que siempre ha existido y aprovechar el potencial de la tierra y el clima.

Además de plantas de ornato, aromáticas, medicinales y hortalizas, así como cactáceas, reproduce árboles frutales; cuenta entre su acervo con un sakura –el cerezo japonés– que dijo haber traído de Puebla, en el que ya se observan algunas inflorescencias, pero explicó que su punto máximo de brote es a finales de marzo, cuando entra la primavera.

Hay que tener un plan B

Su concepto de cultivo combinado en las nopaleras lo empezaron a aplicar algunos parientes con la finalidad, por ejemplo, de que siembren limoneros alrededor de la plantación, de tal manera que en la época de mayor producción de nopal, cuando baja demasiado su precio, la venta del cítrico compense la disminución de sus ingresos.

Cuenta que en 2020, por la pandemia de covid-19, por invitación de la alcaldía Milpa Alta, Jardín Alondra se constituyó como empresa cooperativa con él al frente y sus colaboradores en el proyecto: Elizabeth Onofre, Manuel Frías, Ernesto Bedoya y su hijo Guillermo Leonardo Montaño son socios.

La misma alcaldía los orientó para que se acercaran a la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo a fin de incorporarse al programa de Economía Social de la Ciudad de México y obtener un apoyo del subprograma Creación de Empresas Sociales, lo que les permitió adquirir equipamiento para el invernadero, herramientas y macetas, entre otros insumos.

La asistencia a los talleres se puede hacer por reserva en su página de Facebook: Jardín Alondra. Centro de Jardinería, y la venta de las plantas que produce se realiza en el mismo negocio, en un horario de 8 a 18 horas; cuentan con un punto de venta en el Centro de Acopio y Comercialización de Nopal-Verdura de Milpa Alta, donde es posible elegir entre orquídeas desde 100 pesos, como la especie Paphiopedilum, pero hay algunas que llegan a cotizarse hasta en mil, como la Cymbidium y la Cattleya, pero la que más comercializa es la Phalaenopsis, que tiene un precio de 300 a 350 pesos.

El taller para el cultivo y cuidado de orquídeas cuesta en paquete 600 pesos e incluye un desayuno y una planta, mientras el taller para el de hortalizas vale 300.

Al instalar un huerto en casa, asegura Miguel, más que explotar el potencial económico de la tierra y el clima al producir el vegetal y cosecharlo –sobre todo en épocas como ésta, en la que un kilo de jitomate en el mercado cuesta más de 60 pesos–, es la experiencia del vínculo con la naturaleza, una actividad que demostró ser para muchas personas durante el encierro por la pandemia una terapia y la posibilidad de que puedes crear tus propios alimentos, sabes lo que comes.