Jueves 18 de enero de 2024, p. 13
Con el lema Aprender para una paz duradera, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) conme-mora este 24 de enero el Día Internacional de la Educación, en un contexto global en el que alerta por el incremento en los discursos de odio y la normalización de la violencia.
Destaca que una de sus encuestas recientes revela que 67 por ciento de los usuarios de Internet detectaron discursos de odio en línea y 85 porciento expresó su preocupación por el impacto y la influencia de la desinformación en sus conciudadanos, considerándola una amenaza real que puede desestabilizar las sociedades.
La educación ofrece múltiples oportunidades para abordar las causas de la incitación al odio y sensibilizar a los alumnos sobre sus formas y consecuencias
, indica.
El organismo multinacional enfatiza que se debe dotar a los alumnos de las habilidades necesarias para reconocer y responder al odio y la injusticia, prepararlos para respetar el valor de la diversidad y los dere-chos humanos, y enseñarles a reco-nocer la diferencia entre la incitaciónal odio y la libertad de expresión
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En 2023, recordó, publicó la guía Abordar la incitación al odio mediante la educación, con el fin de ayudar a los responsables de la toma de decisiones a reforzar sus políticas públicas en este ámbito. Entre ellas la alfabetización digital, mediática e informacional
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De acuerdo con la Unesco, los alumnos necesitan ser formados para que comprendan los mecanismos que sustentan el funcionamiento de los medios de comunicación y las plataformas digitales, para que puedan detectar las tácticas persuasivas que suelen utilizar para difundir teorías de conspiración y otras formas de desinformación.
Tener estas herramientas, los hace menos proclives a las ideas excluyentes y de violencia. Los docentes, por su parte, sacan provecho de estos debates para reflexionar sobre las experiencias de los estudiantes en el mundo digital
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Alerta que los discursos de odio también pueden encontrarse en diferentes asignaturas y programas educativos. Debatir estas narrativas con los alumnos y reconocer su naturaleza problemáti-ca es parte integral de la solución
, subraya el organismo.
Ello incluye generar conversaciones complejas sobre las desigualdades sociales y dinámicas de poder, descifrar y desmitificar estereotipos y prejuicios, y hacer frente al trauma y la estigmatización provocados por pasados violentos
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Enfatiza que para luchar contra los discursos de odio y la discriminación, es esencial que las escuelas logren instaurar un ambiente seguro, afectuoso, inclusivo y colaborativo en las aulas, lo que requiere de un compromiso profundo de los docentes. Dado que el odio puede generar un sentimiento de propósito y pertenencia, es crucial invertir en la creación de un sentimiento de comunidad dentro y fuera de las escuelas, e integrar perspectivas ausentes en el proceso educativo
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