Sarkozy y el caso Florence Cassez
n junio de 2010 se supo que el entonces presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, recibió en 2007 dinero para su campaña electoral. La donante, Liliane Bettencourt, la mujer más rica del país y heredera de los cosméticos L’Oreal, que solía darlo a otros políticos. El mandatario aseguró que era una calumnia. El escándalo fue mayúsculo. El caso se llevó a la justicia y aún no se resuelve.
En ese entonces, Sarkozy gozaba del aprecio ciudadano por su acérrima defensa de una francesa, Florence Cassez, detenida en México en 2005 y condenada por supuestamente pertenecer a una banda de secuestradores.
La opinión pública mexicana ya la había condenado al creer en la grabación de la Secretaría de Seguridad Pública, a cargo de Genaro García Luna, que recreaba la captura de Cassez. La transmitió como primicia Carlos Loret de Mola, en su noticiero de Televisa. Después se comprobó que era un montaje y que De Mola sabía.
En Marzo de 2009, Sarkozy visitó México a fin de afianzar las relaciones binacionales. Pero en su agenda había una prioridad: lograr la liberación de Cassez ante las irregularidades de su detención. O que cumpliera en Francia la sentencia de 20 años a que fue condenada, como permite el Protocolo de Estambul.
La visita fue un rotundo fracaso. Para evitar el traslado de Cassez a cumplir su sentencia en su país, le aumentaron la pena a 60 años, con lo cual el protocolo no aplica. También Sarkozy pidió apoyo al papa Benedicto XVI. Sus juristas revisaron el caso y concluyeron que ella era inocente. Fue liberada semanas después de dejar Calderón la Presidencia por acuerdo de la Suprema Corte de Justicia.
El año pasado, Sarkozy publicó sus memorias, Los años de las luchas. La versión en español es de Alianza Editorial. En ellas aborda críticamente el tema Cassez y cómo Calderón era claramente manipulado e influenciado por su poderoso secretario de Seguridad Pública, García Luna. Éste se encuentra preso desde 2019 en Nueva York. El año pasado lo declararon culpable, entre otros delitos, por narcotráfico internacional y delincuencia organizada.
Y a Sarkozy recién lo condenaron a un año de prisión (no la pisará), por recibir también dinero para su campaña electoral del dictador libio Mohammad Gadafi. Sarkozy niega tal dádiva, impugnó la sentencia y sigue muy activo en la política.