Desde varias visiones contribuyen a comprender la realidad e incluso influyen en su transformación
Jueves 11 de enero de 2024, p. 3
Las dramaturgas han estado activas continuamente en la construcción de la cultura en México, aunque no siempre la narrativa masculina en torno a la producción artística teatral dé cuenta de ello. Sin embargo, se trata de autoras que, con el devenir del tiempo, han cuestionado el papel histórico que las mujeres han ocupado en la sociedad.
Existe una amplia lista de nombres de quienes desde diferentes perspectivas han contribuido a comprender la realidad e incluso han influido en su transformación. Si bien en el pasado había pocas dramaturgas en comparación con la cantidad de autores, en la actualidad existe en México una vasta pléyade.
Entre aquellas que las antecedieron se encuentran Amalia González Caballero de Castillo León (1898-1986), quien, de acuerdo con los especialistas, se distinguió por luchar a favor de la vida digna de las mujeres, específicamente alentando su derecho a votar y ser votadas; Margarita Urueta (1918-2004), quien fue considerada pionera del teatro del absurdo, es autora de las obras La mujer transparente, Poderoso caballero don dinero y La muerte de un soltero; Elena Garro (1916-1998), quien habló sobre la imaginación y la libertad femenina, y Luisa Josefina Hernández (1928-2023), una de las dramaturgas más importantes del siglo XX en México, por mencionar algunas.
Si bien, de acuerdo con los creadores escénicos, aún existen ciertas demandas por cumplir, como el que se legisle y otorgue seguridad social, transparencia en las formas de contratación y pago a tiempo por su trabajo, el listado actual respecto a la cantidad de dramaturgas es muy amplio.
En ese brillante mosaico de autoras de distintas generaciones, que abordan temas como la equidad de género, el acoso y la violencia, la exclusión y discriminación, así como la reivindicación de mujeres revolucionarias o la situación de las mujeres en reclusión y hasta su preocupación por las infancias, se encuentra Estela Leñero.
Leñero es una de las más reconocidas dramaturgas, cuyo trabajo destaca siempre por reflejar el papel de la mujer en distintos tiempos y ámbitos. Entre sus muchas obras se encuentran Derrota luminosa: Las anarquistas y la libertad de expresión, El diván de las cincuentonas, Las máquinas de coser, Antes de la caída y Remedios para Leonora.
Concepción León Mora, mejor conocida en la escena teatral como Conchi León, es una dramaturga yucateca que cuenta con más de 45 obras. Su fructífero trabajo se distingue por su carácter documental y testimonial. Una de sus piezas con enorme reconocimiento es Mestiza Power. Otras obras de su autoría son Del manantial del corazón, Después del eclipse, Cachorro de León: casi todo sobre mi padre y El reino de las salamandras.
La singular dramaturgia de Ximena Escalante se distingue por retomar y trastocar la mitología griega. Entre los temas que le interesa desarrollar en sus obras están la familia, la sexualidad y la espiritualidad. Sus obras se han traducido al inglés, francés, alemán, griego, holandés, italiano y portugués y fue distinguida con la Medalla Bellas Artes.
Escalante es autora, entre muchas otras, de Fedra y otras griegas, Yo también quiero un profeta, Touché o la erótica del combate y, la más reciente, Éxtasis Medea.
Con más de una década de existencia, el Premio Nacional de Dramaturgia Gerardo Mancebo del Castillo Trejo fue creado para estimular la joven dramaturgia mexicana y se otorga a dramaturgos menores de 35 años.
Entre las recientes creadoras distinguidas están Valeria Loera (Chihuahua, 1993), quien a sus 27 años fue distinguida por su obra ¡Violencia!, y Talia Yael (Ciudad de México, 1989), por su obra Pollito, la cual retrata la compleja relación entre una madre y su hija, quienes reproducen de manera inconsciente ciertos patrones violentos patriarcales.
Un ejemplo de una dramaturgia escrita desde la reclusión es la obra Casa calabaza, de María Elena Moreno Márquez Maye (como la llaman sus compañeras del penal de Santa Martha Acatitla), en la que relata su vida y resultó ganadora del Concurso de Teatro Penitenciario 2014 (La Jornada, 14/8/18).
Amaranta Leyva es una dramaturga enfocada en el teatro para niños. Es integrante de la Compañía Marionetas de la Esquina, cuyo trabajo permite acercar a las infancias, de manera lúdica, divertida y crítica, a temas como la muerte, el divorcio, el acoso escolar y la discriminación social. Entre sus obras se encuentran El vestido, El cielo de los perros, Dibújame una vaca y Mía.