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El Sistema de Teatros de la CDMX prepara actividades para recordar a Sergio Magaña

Este año se cumple un siglo del nacimiento del dramaturgo y crítico, autor de Los signos del Zodiaco

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▲ En 1954, Magaña retrató por primera vez en escena la vida en una vecindad de la capital del país.Foto cortesía del Inbal
 
Periódico La Jornada
Lunes 8 de enero de 2024, p. 4

Este 2024 se celebra el centenario del nacimiento del dramaturgo mexicano Sergio Magaña, por lo que la Dirección del Sistema de Teatros de la Ciudad de México contempla acciones que se darán a conocer en el transcurso del año, informó a La Jornada el área de prensa y difusión de dicha institución.

Magaña (1924-1990) tenía 27 años cuando estrenó en 1951, en el Palacio de Bellas Artes, la que hoy se considera una de las obras icónicas del teatro mexicano: Los signos del Zodiaco, con dirección de Salvador Novo, música de Blas Galindo y escenografía de Julio Prieto.

De acuerdo con los críticos, ese montaje marcó un hito en la escena nacional, ya que por vez primera se retrató a una serie de personajes de una típica vecindad de la Ciudad de México, con lenguaje coloquial, efectivo y natural, al tiempo que hizo una sátira de la clase media.

De acuerdo con el ensayista José Joaquín Blanco, esa dramaturgia anticipa lo que autores como Oscar Lewis, Carlos Fuentes, Fernando del Paso y José Agustín retrataron en sus obras Los hijos de Sánchez, La región más transparente, José Trigo y De perfil, respectivamente.

En su momento, Magaña diría que, aunque la obra fue bien recibida por el público y los críticos, hubo muchos santurrones que saltaron de sus asientos; les molestó la vulgaridad de mi lenguaje. No les gustaba ver en el escenario la realidad que pretendían ignorar, pero me vale.

Originario de Tepalcatepec, Michoacán, Magaña tuvo de maestros a figuras como Agustín Yáñez, Julio Torri, Rodolfo Usigli, Bonifaz Nuño y Seki Sano; fue compañero de escritores, escritoras, poetas y dramaturgos como Jaime Sabines, Ricardo Garibay, Rosario Castellanos, Jorge Ibargüengoitia, Héctor Mendoza, Luisa Josefina Hernández y Emilio Carballido, quien lo alentó a escribir teatro.

Perteneció a una generación de creadores escénicos formados en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes buscaban la experimentación y el dominio de la técnica de la composición dramática, además de exponer en el teatro la realidad nacional.

Su también reconocida obra Moctezuma II, estrenada en 1954, con actuación de Ignacio López Tarso y dirección de André Moreau, es considerada la primera tragedia de la dramaturgia mexicana, con estructura del género clásico, además de apegarse al modelo shakesperiano sobre la universalidad de la lucha por el poder.

Otra gran obra de su autoría es Los motivos del lobo, basada en un caso verídico, a partir de una nota periodística, por la que fue reconocido con el Premio Manuel Eduardo Gorostiza, que también inspiró la novela La carcajada del gato, de Luis Spota, y la película El castillo de la pureza, de Arturo Ripstein.

Entre otras distinciones que recibió Magaña se encuentran los premios Nacional de Literatura Juan Ruiz de Alarcón en 1988, por su trayectoria de dramaturgo; Manuel Eduardo Gorostiza, por la obra Los motivos del lobo, y el que le otorgó la Agrupación de Periodistas Teatrales al mejor autor por Los enemigos.

En su momento, el director de teatro José Solé (1929-2017) describió a Magaña como ser excepcional, dramaturgo prolífico, excelente ser humano y simpatiquísimo. Sin duda un importante pilar en la dramaturgia mexicana.

En una entrevista transmitida en abril de 1991, por el Instituto Mexicano de la Radio, programa conducido por Ignacio Casas y Patricia Jiménez, el dramaturgo Hugo Argüelles recordó que Magaña le enseñó análisis de texto. Fue un entrañable y solidario amigo. Su obra es rica y versátil, por ello va a permanecer en el teatro mexicano.

Los signos del Zodiaco, dijo entonces Argüelles, es fundamental. Permite conocer desde sus inicios muchas de las características de este inmenso dramaturgo: el desgarramiento interno de sus personajes, la complejidad en el desarrollo de las tramas, el sentido de destino que agobia a esos seres y una riqueza en las formas del lenguaje, que captura, no sólo al ser mexicano contemporáneo.

En aquel año, Argüelles recomendó: “Si se hiciera una grabación de las composiciones musicales de Magaña, se tendría otra muestra de su talento. Como es el caso de sus ingeniosas canciones para su obra Rentas congeladas”.

De acuerdo con su biografía, Magaña siempre procuró renovarse, de ahí que también escribió teatro para las infancias, comedias y musicales. De este género destacan El mundo que tú heredas (1970), dirigida por Julio Castillo, y Santísima (1980).

Al año siguiente del fallecimiento del dramaturgo, en 1991, el teatro que se encuentra en la calle Sor Juana Inés de la Cruz 114, en la colonia Santa María La Ribera, recibió su nombre como reconocimiento a uno de los dramaturgos y críticos de teatro más importantes del siglo XX.