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Recuperar restos de desaparecidos es una dolorosa incertidumbre

Familiares de Jorge Ramírez, levantado en Puebla, relatan obstáculos en el proceso

 
Periódico La Jornada
Domingo 7 de enero de 2024, p. 8

Para que los restos de Jorge Ramírez Hernández lograran regresar a su hogar, con su familia, pasaron cuatro años a raíz de que su padre Eladio y su madre María Juliana lo encontraron en una fosa clandestina en Huejotzingo, Puebla, en 2019. En este proceso, de incertidumbre dolorosa, en principio no sólo les fue negada la verificación del perfil genético de su hijo, sino que el cuerpo fue enviado a la fosa común.

La Clínica Jurídica Minerva Calderón y el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, de la Universidad Iberoamericana Puebla, que acompañan a la familia, sostuvieron que la identificación es un proceso que puede llevar muchos años debido a que las fiscalías y los servicios médicos forenses (semefos) no son diligentes, no hay personal especializado y tampoco hay un resguardo apropiado de la información.

Eladio dijo en entrevista que su hijo desapareció el 27 de junio de 2019. “Fue levantado, una testigo dice que llegaron cuatro personajes con armas de alto poder, encapuchadas”, relató.

Jorge, expresó, se dedicaba a la compra y venta de chatarra. Desde que se halló una fosa clandestina en el mismo año y municipio de donde se lo llevaron, surgió la sospecha de que estuviera ahí, pero fue hasta agosto de 2023 cuando eso se confirmó y en octubre el cuerpo fue entregado a la familia.

Daniela Torres, de la Clínica Jurídica Minerva Calderón, expuso que los parientes de Jorge primero tuvieron que ver los restos óseos en el Semefo. Las autoridades, señaló, les dijeron que no coincidía con las características físicas de su hijo, sin una prueba científica; posteriormente, hasta 2022, tras la solicitud de una confronta del material genético, salió positivo.

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▲ Aluzada por personas sin encontrar en el Ángel de la Independencia, en diciembre pasado.Foto Yazmín Ortega Cortés

Nos llamaron y dijeron que ya había coincidido la genética con el cuerpo de un desconocido. ¿Se imagina? Después de cuatro años nos dicen que siempre sí, cuando nosotros habíamos dado toda la información, todo lo que nos habían requerido: retratos hablados y genética, expresó Eladio. Por eso, señaló, tuvieron que hacer otra confronta para confirmar los resultados.

Antes de la confirmación, pues estábamos en la incertidumbre dolorosa, pero teníamos esa chispita de esperanza de que a lo mejor Jorge por ahí andaba, que estaba vivo; ya después que nos dicen que sí es él pues, cómo le dije a la fiscalía, debo de estar de acuerdo porque la genética no falla, manifestó.

En tanto, Alexia Martínez, del Observatorio de Desaparición de Personas del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, destacó que en medio de la crisis forense que existe en el país, con más de 52 mil cuerpos sin identificar, los procesos de búsqueda, identificación y restitución de los cuerpos generan un desgaste de las familias en el ir y venir entre instituciones; además, hacerlas ver restos óseos y hacer trámites burocráticos no es un trato digno ni ético.