Sábado 6 de enero de 2024, p. 5
El escritor y poeta chihuahuense Jorge Aguilar Mora falleció este viernes a los 77 años, informó Ediciones Era, su casa editorial. El deceso ocurrió en Bethesda, Maryland, Estados Unidos, donde residía.
Nacido en la ciudad de Chihuahua, el 9 de enero de 1946, el autor se distinguió por su inteligencia, amplia cultura y erudición, así como por ser un ensayista y crítico acucioso y puntual; incluso, se le consideraba uno de los más incisivos de México
en esas disciplinas, como apuntó su homólogo Héctor Orestes Aguilar en su cuenta de X al lamentar la noticia.
Jorge Aguilar Mora estudió lengua y literatura hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), luego cursó estudios de posgrado en París e hizo el doctorado en El Colegio de México.
Fue profesor en la UNAM y El Colegio de México, así como en Puerto Rico y Estados Unidos. Colaboró en diversas publicaciones como Diálogos, La Cultura en México, La Gaceta del Fondo de Cultura Económica y Revista de la Universidad de México. Asimismo, formó parte del consejo de redacción de la revista La Mesa Llena y dirigió la colección Claves de editorial Era.
En 2015 se le otorgó el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores por Sueños de la razón, 1799 y 1800: Umbrales del siglo XIX, en cuya ceremonia se le reconoció por ser un autor capaz de novelar las ideas, de tejer complejidades y de tender los hilos que van de la intimidad a la historia, de la ciencia al delirio, de la fuerza creativa en el arte a la fuerza creativa en la exploración del mundo
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Su bibliografía comprende las novelas: Cadáver lleno de mundo, Si muero lejos de ti y Los secretos de la aurora, además de los libros de poesía US Mail Special Delivery, No hay otro cuerpo, Esta tierra sin razón y poderosa y Stabat Mater.
De igual forma, es autor de los ensayos: La divina pareja: Historia y mito en Octavio Paz; Una muerte sencilla, justa, eterna: Cultura y guerra durante la Revolución Mexicana, y Un día en la vida del general Obregón.
Jorge Aguilar Mora, según reveló en una entrevista con La Jornada, no creía en el estilo personal, sino en las obras únicas y no en la repetición de una retórica individual contando historias distintas
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De igual manera, negó que en él hubiera un debate interno entre el poeta, el ensayista y el narrador, luego de que las barreras que en algún momento llegó a tener entre esos discursos se rompieron para transformarse en un flujo y reflujo de reciprocidades
que ya nada detenía.
Me es difícil separar los discursos, porque están en constante diálogo, porque están en constante trueque de ideas, palabras, imágenes, y en ese diálogo y en ese trueque se pelean, discuten, debaten, y también se alegran, se abrazan, se establecen complicidades incorregibles, invisibles e indestructibles
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