Dos visiones del mundo
esde la perspectiva económica y de negocios se enfrentarán dos proyectos durante las elecciones de 2024. Una que pone énfasis en la redistribución de la riqueza y la otra que lucha por la libertad de mercado.
Para desprestigiar la visión contraria, la primera acusa a sus oponentes de neoliberales y de ir en contra de los intereses del pueblo al defender al capital. El otro proyecto acusa a la contraparte de populista, contraria al desarrollo del individuo y de las empresas. Pero veamos algunos elementos básicos de uno y otro lado. La política redistributiva, defendida por la izquierda, pone el énfasis en la rectoría del Estado, quien guía a la sociedad para limitar la explotación del trabajo y para que los sectores de menores recursos tengan acceso a una vida mejor a través de un ingreso creciente, tanto por su actividad productiva como por medio de la entrega de subsidios directos e indirectos.
Bajo esta visión son las autoridades las que marcan el camino para mejorar salarios, horarios de trabajo, apoyos a los sectores desprotegidos y fijan límites al capital y a las empresas para que inviertan en proyectos que se consideran adecuados para la sociedad. Además, el gobierno invierte en forma directa en aquellos sectores que considera estratégicos.
Por su parte, la derecha pugna por la menor intervención del Estado en la economía, en donde las autoridades están para defender la libertad y la propiedad individual y no para administrar en forma directa empresas que puede desarrollar la iniciativa privada. El mercado regula a las empresas y la competencia permite mejorar el nivel de vida de la población. Bajo esta visión, es el esfuerzo personal y no los apoyos del gobierno lo que lleva al desarrollo.
A nivel electoral hay matices entre ambas visiones y cada partido u organización política presenta un programa ideal para acabar con la pobreza y lograr el desarrollo armónico del país.
Aunque la economía no es el factor determinante en las elecciones, sino las consideraciones ideológicas y políticas, el resultado experimentado por la población en su nivel de vida a lo largo de los cinco años de este sexenio definirán la continuidad o el cambio.
¿Qué tanto aprecia la gente que mejoró su nivel de vida? Se sabrá en las próximas elecciones.