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Es la más mermada del sistema Cutzamala

La presa de Villa Victoria, en crisis; empeorará en los próximos meses

Pérdida de volumen afecta pesca, turismo y deportes

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▲ La presa de Villa Victoria, ubicada en el municipio mexiquense del mismo nombre, se encuentra a 30.8 por ciento de su capacidad. De acuerdo con autoridades locales, la profundidad de este cuerpo de agua ha disminuido alrededor de 10 metros.Foto Israel Dávila
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de diciembre de 2023, p. 21

Villa Victoria, Méx., La presa de Villa Victoria, una de las tres que alimentan al sistema Cutzamala, se encuentra en estado crítico. Este año ha llegado a sus niveles mínimos históricos y los pronósticos para los próximos meses no son alentadores, sino al contrario, llegan a ser alarmantes, pues se prevé un largo periodo de estiaje y muy pocas lluvias.

Aunque la Comisión Nacional del Agua (Conagua) determinó reducir la extracción de líquido a sólo 1.3 metros cúbicos por segundo, el embalse está apenas a 30.8 por ciento de su capacidad.

De las tres presas que proveen agua al Cutzamala, la de Villa Victoria es la que menos tiene, pues la de Valle de Bravo se ubica a 36.8 por ciento de su capacidad y la de El Bosque, en Michoacán, a 61.1 por ciento.

Según autoridades locales, de los 18 metros que en promedio tenía de profundidad Villa Victoria, ahora tiene entre siete y ocho, lo que ha causado un impacto muy negativo para la comunidad, pues la pesca, una de las principales actividades de los pobladores de la ribera, se torna cada vez más complicada.

Con los niveles tan bajos, el embalse Villa Victoria ya no resulta atractivo para el turismo; además, ya no se realizan eventos deportivos como los triatlones que se organizaban en este cuerpo de agua de más de 11 kilómetros de extensión.

Si antes uno pescaba dos o tres botes de mojarra o carpa, ahora a duras penas saca uno y con mucha dificultad. Antes los peces estaban hasta la orilla, pero con estos niveles ahora se concentran en la zonas más profundas, comentó Fernando, delegado de la comunidad de Viveros Segundo, muy cercana a la cortina de la presa.

Si se sigue extrayendo agua de este lugar, al rato ya no habrá ni para los de aquí, mucho menos para los habitantes de la ciudad. Deben entender que el recurso se tiene que cuidar y manejar de diferente manera, alertó el lugareño de 38 años, quien nunca había visto el embalse en tan mal estado.

Hace unos años, el gobierno estatal encabezado por el entonces priísta Eruviel Ávila (2011-2017) construyó una plaza a la orilla de la presa; se habilitó una pista de canotaje y había competencias y entrenamiento de atletas de alto rendimiento.

Incluso se realizaron triatlones que generaban una importante derrama económica. Todo eso se acabó. Ya no hay competencias y los entrenamientos de deportistas son casi nulos.

A la baja desde 2020

Nefty Alcántara Santana, director del medio ambiente del ayuntamiento de Villa Victoria, recordó que la disminución del nivel del agua se inició hace tres años con la pandemia, pues en 2020, en promedio, se extraían de 3.8 a 4 metros cúbicos por segundo e incluso se llegaban a sacar cinco metros cúbicos por días o semanas. La idea era que no faltara agua en la ciudad. En ese año, el embalse estaba cerca de 60 por ciento de capacidad.

En los años posteriores las lluvias escasearon. Se esperaba que empezaran en mayo, pero llegaban hasta julio y en lugar de llover tres o cuatro meses sólo era un mes o cuando mucho mes y medio. Esta situación ocasionó que la captación de agua fuera menor y poco a poco los niveles descendieron hasta 24 por ciento, que fue el mínimo histórico registrado en mayo de este año.

En octubre, la Conagua determinó reducir la extracción del líquido de los tres embalses que alimentan el sistema Cutzamala y en lugar de tres metros cúbicos por segundo, se comenzaron a sacar 1.5 y ahora la extracción apenas llega a 1.3 metros cúbicos.

De acuerdo con el más reciente reporte de la Conagua, hoy se saca más agua del embalse de Valle de Bravo (6.02 metros cúbicos por segundo); mientras, el último reporte indica que no hay extracción de la presa El Bosque, lo que ha permitido que ese cuerpo de agua se recupere a 61 por ciento de su capacidad.

Rafael, propietario de un restaurante ubicado a la orilla de la presa Villa Victoria, dijo que las ventas han caído. Antes, los fines de semana tenía lleno el establecimiento y este año, cuando le va bien, hay entre cuatro y seis mesas ocupadas los fines de semana. De lunes a viernes prácticamente está vacío.

Si ahora son pocos los que se paran aquí, imagínese sin presa. Ya no hay atractivo. El agua llegaba hasta aquí, justo al salir; ahora tienes que caminar 30 o 40 metros, explicó.

Los habitantes de Villa Victoria responsabilizan del problema a la Conagua, pues insiste en sacar más agua de la que llega.

A diferencia de Valle de Bravo, donde sí hay desvío de líquido hacia lagos particulares, aquí no enfrentan ese problema, asegura Alcántara Santana, quien aclara que la presa de Villa Victoria se alimenta por tres vías: las lluvias –que cada vez son más escasas y breves; los escurrimientos de la zona boscosa de San José del Rincón –parte de la reserva de la biosfera de la mariposa monarca– y de los ríos La Compañía y El Salto.

Para tratar de mitigar los efectos del cambio climático, las autoridades estatales y municipales emprendieron campañas de reforestación alrededor del cuerpo de agua y en la zona boscosa de San José del Rincón.

Sólo este año, personal del ayuntamiento plantó, en colaboración con asociaciones civiles y comisariados ejidales, 100 mil árboles en la zona.

Aquí difícilmente vamos a ver movilizaciones como las hubo en Valle de Bravo, donde sí hay desviación de agua hacia predios particulares. Aquí nos preocupa más el cambio climático, que las lluvias se retrasen, que haya menos captación de agua, expuso Nefty Alcántara.

Por eso, agregó, se han impulsado cada vez más las campañas de reforestación y sensibilización en los poblados para que ayuden a cuidar las nuevas plantaciones, que no dejen que los borregos o el ganado se coman los nuevos arbolitos; también estamos muy al pendiente de que ya no se cambie el suelo a uso agrícola.

Consideró que mantener la presa Villa Victoria en buenas condiciones es una responsabilidad compartida entre autoridades de los tres niveles de gobierno, pero también de la sociedad, principalmente de los consumidores del líquido, pues es común que en las ciudades se desconozca lo que se tiene que hacer para que llegue el agua a sus hogares.

Si se tuviera un poco de mayor conciencia probablemente cambiarían las cosas y se cuidaría más el agua, manifestó el delegado de la comunidad de Viveros Segundo.

La gente de la ciudad no entiende que ellos serán los más afectados si estas presas (Villa Victoria y Valle de Bravo) se acaban. No sólo nosotros saldríamos perjudicados, sino también ellos, y en mayor medida, pues ¿de dónde más van a sacar agua?, concluyó.