on admirable templanza, nuestra compañera periodista y escritora Cristina Pacheco, dueña ya de un espacio importante en la historia del periodismo mexicano, se despidió de nosotros, de su público, como de costumbre. Al final de su programa de los viernes, nos compartió sus últimas palabras: Siempre estaremos juntos
.
Su discurso fue tranquilo y claro. La honestidad de su trabajo es una característica que, esperemos, adopten las nuevas generaciones de periodistas. La rebelión permanente de este gremio, no sólo en México, sino de otras partes del mundo, ha sido una batalla continua y prácticamente silenciosa a lo largo de muchas décadas.
Los grupos y gobiernos capitalistas de tiempo completo y grupos extremistas, como los que mantienen secuestrado a Julian Assange, continúan persiguiendo y desapareciendo a todo aquel o aquella que escriba y evidencie la corrupción de sus gestiones. La lista es larga y las investigaciones sinuosas, dos de éstas (Miroslava Breach y Javier Valdez) y cientos en el mundo.
En medio de un mundo convulsionado que no termina de civilizarse y de un país como el nuestro que, pese a los ataques diarios de los grupos voraces capitalistas, va saliendo de la humillante injusticia social, de la desigualdad económica y de los saqueos permitidos por los gobiernos anteriores al presente, rendimos homenaje sincero a nuestra gran compañera periodista y a tantos más que se han ido por diversas causas.
Agradecemos la herencia que nos han dejado quienes escribieron para nosotros y, en el caso de la compañera Cristina, el significado de la valiosa herramienta que es la palabra, como ella la llamaba.
Aquí seguiremos utilizando la palabra para contribuir con el cambio de la realidad.
La cantidad de eventos que se han presentado en lo que va del año es abrumador. El resurgimiento de los ferrocarriles es un paso a ese cambio de la realidad, el resurgimiento, a su vez, del comercio interno por la facilidad de transportarse con mayor rapidez y a menor costo, también es un avance significativo para que la economía de la población vuelva a ser un bastión de estabilidad social.
La explotación de los recursos naturales de manera óptima y racional será un ahorro con el que la población podrá asegurar su patrimonio familiar. Estos pasos tal vez no se perciben claramente por la mayoría, pero son el reflejo de la realidad que va cambiando.
Especialmente, cuando se mantengan los índices de inversión pública y sus efectos en la disminución del desempleo y de los índices de enfermedades simples que debilitan a la sociedad, con perjuicio de su ritmo de trabajo o de la continuidad de los estudios formativos, casi cualquier movimiento negativo de la economía mundial podrá enfrentarse sin sufrir daños colaterales de gran envergadura.
Por esa razón, en un movimiento de transformación social, política y económica, como la que ha propuesto el presente gobierno, será fundamental tomar medidas para evitar lo más posible los desfalcos a los que hemos estado acostumbrados a lo largo de la existencia del periodo colonial, las dictaduras y el neoliberalismo.
Continuar con la tarea de compartir nuestra opinión acerca de los acontecimientos, por abrumadores que éstos sean, es un objetivo que hemos mantenido décadas atrás. Y porque así lo asumimos, es un compromiso ineludible.
Seguimos con la palabra como arma que nos ha dejado Cristina para acercarnos a la Cuarta Transformación.