En su mensaje de Navidad y Año Nuevo, el obispo emérito de Saltillo, fray Raúl Vera, llamó a levantar la voz ante las injusticias e inquidades. Cuando se nos hable de progreso y desarrollo, debemos preguntarnos si eso incluye a toda la población o sólo se trata de personas privilegiadas a las que se les dará más. No podemos guardar silencio ante las descomunales diferencias que hay en nuestras sociedades.

El religioso sostuvo que hay que organizarnos y manifestarnos ante los abusos que se cometen frente a nosotros, en nuestros barrios, comunidades, en las capitales de las entidades federativas, en nuestro grande, diverso y rico México, y en el resto del mundo.

Asimismo resaltó que Jesús quiso que pusiéramos nuestros ojos y corazón en las personas pobres y sufrientes para cambiar el mundo que los crea con su violencia e indolencia, porque sostuvo que ser seguidores nos obliga a trabajar por un mundo donde todas y todos tengan acceso a una vida digna.

Aparte, Ramón Castro, obispo de Cuernavaca y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), señaló que el nacimiento del niño Jesús es una llegada renovadora, que trae consigo la posibilidad cierta de redireccionar nuestro paso como sociedad hacia metas más justas, solidarias y pacíficas.

Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y presidente del organismo episcopal, emitió un saludo de paz, esperanza y fraternidad, y Jaime Calderón Calderón, obispo de Tapachula y primer vocal de la CEM, resaltó que en Jesús hallamos la certeza de que la paz, la justicia y la fraternidad que anhelamos son posibles.