La Habana., El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, salió ayer al cruce de la preocupación ciudadana desatada luego del anuncio realizado por funcionarios de su gobierno de un plan para sacar adelante la economía y que contempla ajustes con incrementos de precios en los servicios básicos o recortes en los subsidios estatales.

El mandatario cerró las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular y el parlamento cubano, en las cuales comparecieron los principales funcionarios del país.

Allí, el primer ministro, Manuel Marrero, informó que en fechas próximas se elevarían los precios de la electricidad, el gas, los combustibles o se realizarían recortes en la libreta de abastecimiento que cada cubano recibe con alimentos.

La dura situación que viven los cubanos también fue reconocida en estas jornadas –el trabajo del parlamento comenzó el lunes en comisiones y se hizo en plenario desde el miércoles– por los directivos del país que se autocriticaron por la falta de despegue económico.

Decisiones complejas

He escuchado y leído en redes sociales opiniones de todo tipo acerca de medidas que apenas se han esbozado; es comprensible, se trata de decisiones complejas, como complejo es el momento, apuntó.

Afirmo, enfáticamente, que para nada existe un paquete neoliberal contra el pueblo, ni una cruzada contra las mipymes (pequeñas y medianas empresas) ni una eliminación de la canasta básica como ya la contrarrevolución está poniendo en las matrices (de opinión) en las redes sociales, expresó el gobernante.

El ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, reconoció que 2023 cerrará con una caída del producto interno bruto de entre 1 y 2 por ciento, una inflación de 30 por ciento anual y dificultades en casi todos los sectores estratégicos como el turismo y la alimentación.

Las comparecencias de los funcionarios fueron recibidas con inquietud por los ciudadanos que comenzaron a formar interminables filas en las gasolineras el viernes.

La Asamblea de 470 diputados se reúne en plenario pocas veces al año y en diciembre se presentan los balances y las proyecciones.

Gil Fernández informó que las exportaciones estuvieron por debajo de lo estimado, el precio en el mercado internacional del níquel cayó, igual que la producción de azúcar, mientras el turismo apenas atrajo a 2.4 millones de visitantes –equivalente a 64 por ciento del año anterior a la pandemia– y la producción de alimentos fue insuficiente, lo que obliga a comprarlos en el ex-tranjero con divisas que no se tienen.