La revolución tecnológica
n la historia de la humanidad los grandes avances se presentan por oleadas. Hay épocas en las que todo se transforma y otras más en las que el conocimiento se estanca e incluso retrocede.
Una época de grandes cambios fue el Renacimiento, cuando surgieron genios, científicos, inventores, artistas y religiosos que cambiaron al mundo. Para poner un ejemplo tenemos a Leonardo Da Vinci: inventor y artista universal. Entre otras cosas imaginó diversos mecanismos para que el ser humano pudiera volar, como el helicóptero, un tipo de avión, el paracaídas y alas, como las de Ícaro en el mito griego, cuando la capacidad tecnológica para volar era tan sólo un sueño.
Ahora vivimos un proceso semejante al del Renacimiento, con genios o personas con un IQ superior al promedio, que lo aplican a mejoras en la vida cotidiana a través de la mecánica, la biología, la computación cuántica y la inteligencia artificial, entre otras especialidades. Entre los más sobresalientes, vinculados a las comunicaciones, se encuentran Steve Jobs, Bill Gates, Sam Altman y Elon Musk, quienes han generado una revolución en la forma de relacionarse entre los seres humanos.
El dominio que el hombre ha logrado sobre la naturaleza nos permite conocer y cambiar la realidad a través de una computadora conectada a Internet. Hay miles de aplicaciones para comunicarnos y satisfacer cualquier necesidad de conocimiento. Por este medio tenemos acceso a la biblioteca más grande y actualizada del mundo, a las mejores universidades, a traducciones en tiempo real y a personas vivas y muertas que tienen algo que decir. Incluso, en unas décadas, nos podremos comunicar con seres humanos cuando viajen al lado oscuro de la Luna
o a Marte. Podemos crear realidades virtuales, explorar lo micro y lo macro de la naturaleza, transformar la vida vegetal, animal y humana. Podemos ir a diversos puntos del espacio sideral e incluso definir una guerra a través de las comunicaciones vía satélite.
Esta revolución tecnológica, nunca antes vista en la historia de la humanidad, nos lleva a la conformación de un nuevo ser humano, en la que serán pocos los límites de desarrollo. El único elemento que no se puede evitar con estos avances es la muerte, porque es el requisito que pone la naturaleza a los seres vivos.