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Atentados al pudor, herencia del porfiriato
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guascalientes es el único estado de todo el país que mantiene el delito de atentados al pudor en su Código Penal. De acuerdo con el sociólogo Salomón de la Torre Ibarra, este delito existe en Aguascalientes desde tiempos del porfiriato. Explica que en el siglo XIX no existía el término de delito sexual dentro del vocabulario jurídico, sino que todos los delitos de esta índole se clasificaban como atentados contra el pudor.

Ya no estamos en el porfiriato, pero este delito aún es ambiguo y engloba diferentes tipos de delitos sexuales. El artículo 115 del Código Penal de Aguascalientes establece que la figura de atentados al pudor es la ejecución de actos erótico sexuales, sin consentimiento de la víctima, sin el propósito directo e inmediato de llegar a la cópula, o que se obligue a la víctima a ejecutarlos. La ley se reserva a explicar que los actos erótico sexuales son cualquier acción lujuriosa que puede ir desde manoseos hasta actos explícitamente sexuales.

Aún más, el delito de atentados al pudor incluye víctimas menores de edad, por lo que otro tipo de ilícitos específicos a esta población, como violación equiparada, estupro o incesto, pueden encajar bajo esta figura. De acuerdo con la Fiscalía General del Estado, un cuarto de las víctimas de atentados al pudor son menores de edad.

El uso de esta figura no preocupa sólo por su ambigüedad legal, también por las penas laxas que conlleva. Por ejemplo, el Código Penal de Aguascalientes establece que para la violación equiparada, que implica realizar cópula con una persona menor de 15 años, se aplican de 12 a 18 años de prisión. Sin embargo, el delito de atentados al pudor tiene una pena máxima de seis años cuando las víctimas son menores de edad.

En Aguascalientes la realidad es que la mayoría de los casos de violencia sexual se tipifican como atentados al pudor. De acuerdo con la Fiscalía General de Aguascalientes, de 2012 a 2022 hubo 9 mil 360 víctimas de delitos sexuales en el estado. De ese total, 56 por ciento corresponde a víctimas de atentados al pudor. Es decir, hay 4 mil 106 víctimas, en total, de los delitos de abuso sexual, violación, violación equiparada, estupro e incesto. Y hay 5 mil 254 víctimas solamente del delito de atentados al pudor.

Mariana Ávila Montejano, fundadora del Observatorio de Violencia Social y de Género de Aguascalientes, considera que integrar carpetas de investigación bajo atentados al pudor minimiza el trabajo de las autoridades. Es una disminución de tiempos y una disminución de recursos, explica Mariana, “facilitan que no sea evidente la falta de capacitación, expertise o especialización del personal que tienen a cargo de estas áreas y no solamente en la integración de la carpeta, sino también en el proceso de litigio ante el Poder Judicial”.

Los datos cuentan la misma historia, ya que el número de carpetas de investigación que se han integrado bajo el delito de atentados al pudor va en aumento desde 2012, alcanzando un máximo histórico de 512 carpetas de investigación tipificadas bajo ese delito en 2022. Lamentablemente, un mayor número de carpetas abiertas no significa una mejora para la justicia, al contrario.

De las 3 mil 498 carpetas de investigación que se han abierto en Aguascalientes por atentados al pudor en los últimos 10 años, solamente existen 308 sentencias condenatorias definitivas. Es decir, sólo 8 por ciento de las víctimas han obtenido algún tipo de justicia. Este embudo de impunidad legal se acrecienta año con año: tan sólo en 2022 Aguascalientes tuvo más del doble de víctimas por atentados al pudor que en 2013.

Más de 100 años después de la creación de esta figura legal, las víctimas de violencia sexual todavía se enfrentan a la ambigüedad legal de los atentados al pudor, a la revictimización y a la indiferencia de las autoridades por actualizar o reformar este delito.

* Periodista independiente