na vez más, con datos al mes de noviembre del Instituto de Finanzas Internacionales, veamos con cuidado la deuda de hogares, empresas no financieras, empresas financieras y gobierno (www.iif.com).
Identifiquemos algunas tendencias recientes y descubramos la relevancia específica de cada deudor, en la actualidad y en el futuro próximo de nuestra economía y nuestra sociedad.
Los hogares en nuestro México –casi 40 millones hoy– representan 19 por ciento de una deuda total de mil 572 millones de dólares. Casi la quinta parte del total, equivalente a 298 mil 680 millones de dólares. En buen romance significa que el endeudamiento por hogar es de 7 mil 467 dólares, es decir, 130 mil 673 pesos, con un tipo de cambio oficial promedio para 2023 de 17.50 pesos por dólar.
Esta deuda de hogares –hemos tratado de documentarlo– representa 16 por ciento del PIB, resultado de una participación creciente, al menos desde inicios del 2001, año en el que apenas pesaba
7 por ciento en el producto, y luego de casi casi veinte años de estabilidad respecto al PIB. Sí, tenemos hogares cada vez más endeudados, asunto que es necesario explicitar cuando se habla –a veces muy superficialmente– de las mejorías del bienestar y del abatimiento de la desigualdad. No hace sentido ganar más para pagar más. No sólo porque crece la deuda, sino porque se eleva la tasa de interés y, en consecuencia, su servicio.
Debemos tomar esto en cuenta cuando tratemos de la mejoría de la población, sobre todo de la más pobre, por ello, es necesario blindar
a esta población de los efectos perniciosos del incremento de deuda y de la elevación de la tasa de interés. ¿Cómo hacerlo? Se puede. Hay que discutirlo. Lo comentaremos.
Respecto al endeudamiento de las empresas no financieras –las que han perdido beneficios respecto a los que han ganado las empresas financieras–, señalemos que concentran 25 por ciento de la deuda total. Es decir, la cuarta parte de los mil 572 millones de dólares indicados antes, correspondiente a 393 mil millones de dólares, y 21 por ciento del PIB.
Por cierto, estas participaciones –en deuda y en PIB– han subido desde inicios del año 2000, acaso con algunos cambios momentáneos. Por ello, también podemos asegurar que las empresas no financieras tienen más deuda hoy que, al menos, hace casi 20 años. Asimismo, la deuda del gobierno tiene un mayor peso en el endeudamiento global y en el PIB. Hoy la deuda gubernamental es prácticamente la mitad de la total (46 por ciento) Y su peso en el PIB es de 40 por ciento, como bien lo subrayan los documentos oficiales. Y, sin embargo, estos documentos no explican el significado de este comportamiento. ¡Es su responsabilidad hacerlo! Y, lamentablemente, el Congreso tampoco lo hace.
¿Qué significa que de 2009 a 2023 el gobierno incrementó en casi 10 puntos no sólo su participación en la deuda del país, sino en el PIB? Y esto, por cierto, acompañado de una baja en el endeudamiento también de 10 puntos de las empresas financieras, cuya deuda actual es de apenas 11 por ciento de la deuda total. Y cuyo peso y participación en el PIB es –también apenas– de 9 por ciento.
En 2009 esos mismos números eran, prácticamente, de 10 puntos menos de la deuda gubernamental, tanto en el total del endeudamiento como en el PIB. Y diez puntos más del endeudamiento de empresas financieras en la deuda total y en el PIB.
¡Más claro ni el agua! Por eso, al menos por eso, hay que subrayar que se mantuvo la participación de la deuda gubernamental en el PIB, sin entender la tendencia que la llevó a ese porcentaje es, por decir lo menos, un elemento a debatir. De veras.