Dos chicas se aplicaron en plena pandemia
Con joyería artesanal urbana y terapias alternativas se abrieron paso para ayudar a otros colegas de provincia
Domingo 10 de diciembre de 2023, p. 25
Arte y salud hacen sinergia en el negocio que Berenice Herrera e Isela Reyes emprendieron hace tres años, en plena pandemia de covid-19, para comercializar joyería urbana que ellas mismas elaboraban; en poco tiempo se transformó en empresa cooperativa que sumó servicios de terapias alternativas, talleres y, de manera involuntaria, además en un roomie comercial que hospeda una variedad de productos de más de 35 artesanos de la ciudad y varias entidades del país, como México, Chiapas, Tlaxcala, Hidalgo, Oaxaca y Veracruz.
Bere e Ise, como se llaman entre sí, se conocieron hace 11 años en un festival musical, pero fue el gusto por las artesanías lo que las unió en su interés por aprender más. Comenzaron a trabajar juntas y a vender la joyería que elaboraban de macramé, alpaca, tumbaga, plata y cobre con piedras energéticas dentro de su círculo escolar y laboral, respectivamente.
Durante la pandemia utilizaron las redes sociales para seguir con la comercialización de sus creaciones y hasta vendieron en los tianguis. Berenice concluyó la carrera de sicología, pero pensó que iba a ser difícil conseguir empleo en plena emergencia sanitaria, y con apoyo de uno de sus hermanos rentó con Isela un local de 4.8 metros cuadrados dentro de la Plaza Morisko, en Manuel Carpio 99, esquina con la calle Dr. Atl, frente a la alameda de Santa María la Ribera, dentro del espacio conocido como kioskito mall.
Al acondicionar el lugar, al que llamaron BI-Art (B de Berenice e I de Isela), una de sus amigas que ayudaba en los arreglos comentó que elaboraba jabones, pero no tenía un lugar para vender. Entonces le propusieron: vente con nosotras, podemos empezar las tres
.
Después se sumó Emmanuel, hermano de Bere, con creaciones en corte MDF e impresiones 3D, y le siguió Blanca, hermana de Isa, hábil en la costura y quien por aquel momento elaboraba ositos memoriales.
Explican que por la pandemia muchas personas al trascender no tuvieron contacto con sus familiares y para ayudar a éstos en el proceso de duelo entregaban una prenda de vestir de su ser querido con la que confeccionaban el osito
, aunque ahora ya hay parejas de novios que los solicitan para intercambiarlos entre ellos.
Al principio, cuenta Bere, terminar el día con una venta de 30 o 60 pesos fue emocionante, pero a los cuatro meses ya no lo era tanto. Al desocuparse un local mejor ubicado aprovecharon la oportunidad para rentarlo; tiempo después usaron también el espacio contiguo.
Adquirieron una deuda, pero estaban en el local 2, a la vista de todos, justo en el centro de la plaza, donde consiguieron hacerse distribuidoras directas de un fabricante de hilos de León, Guanajuato, apreciado por los artesanos que pronto se hicieron asiduos visitantes para abastecerse del producto, así como cuarzos, piritas, jaspe, turmalina, ágatas, entre otras piedras.
Para entonces ya habían sumado a otro conocido, un productor de calzado de ixtle de Tlaxcala, que les preguntó si podría llevar allí a vender sus zapatos. Se sumaron otros artesanos y productores que ellas conocían en bazares o en sus viajes y el local se convirtió en un roomie comercial artesanal. Pero ellos no tienen que pagar comisión: si una blusa tejida en telar de Chiapas se vende en 600 pesos, explica Bere, todo se transfiere al productor y ellos dan una aportación para apoyar con el pago de la renta.
Además de cartonería, alebrijes y otras figuras talladas y policromadas de Oaxaca, en el local se exhiben blusas, vestidos, bolsas y camisas de otra cooperativa: Tejiendo Historias, de San Andrés Larráinzar, Chiapas; tizanas, de Zacatlán de las Manzanas, Puebla; mezcal artesanal de Oaxaca y Puebla; miel de flor de mezquite de Jalisco y multiflora del estado de México; café y puros de Veracruz; botanas de raíz de taro (malangas) y se observan también trabajos de encuadernación, ojos de dios y mandalas, una línea de canabidol en cosméticos y velas aromáticas.
A finales de 2021 se desocupó otro local, el 7A, y también lo rentaron con el fin de usarlo en su proyecto de servicios de salud mental y masajes, para el que Bere se había preparado: BI-Art Holístico, donde da terapias sicológicas, flores de Bach, alineación de chakras, barras de access, lectura de runas wicca y en el que otras colaboradoras acuden a dar masajes relajantes, linfáticos y descontracturantes, entre otros.
El año pasado, a partir de un curso de manejo contable que impartió la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo, Bere e Ise conocieron los apoyos del Programa de Economía Social y Solidaria y decidieron constituirse como una empresa cooperativa, en la que se involucraron Emmanuel, Blanca y otros familiares, y consiguieron soporte para el fortalecimiento de su sociedad con el que adquirieron una máquina para cortar metal, que les facilita la elaboración de joyería, como trabajos estilo vintage y a futuro aspiran a abrir un local en una zona más turística, pues aunque la plaza está bien ubicada, es poco conocida, o en algún pueblito mágico.
En tanto y a propósito de la temporada navideña, Ise asegura que no hay mejor regalo que una artesanía, porque no es un artículo fabricado en serie, sino una creación única
, ya sea una prenda textil, una figura de cartonería, un alebrije o alguna pieza de joyería que surgieron del talento y la creatividad de su autor.
Es un doble regalo, agrega Bere, no sólo para quien lo recibe, sino porque adquirir una artesanía es pensar en los artesanos, ayudarlos a crecer
.