a crisis jurídica y el vacío político han dominado a Nuevo León en los últimos días. Una de las entidades más relevantes de la República, en términos de poderío económico, se ha visto en vilo por el choque de estrategias jurídicas entre Samuel García, gobernador constitucional y aspirante presidencial de Movimiento Ciudadano, y el Congreso local, que decidió jugar al ajedrez político dejando en jaque al tercer candidato presidencial en discordia.
La oposición a Samuel en Nuevo León creó un escenario jurídico en el cual el aspirante podía perder tanto la nominación como la gubernatura, discusión jurídico-política que sigue en vilo. Así de fácil. Como si se tratara de un duelo deportivo a definirse en los últimos segundos, la resolución de la Suprema Corte respecto al interinato en Nuevo León obligó a Movimiento Ciudadano a replantear absolutamente todo de cara a la elección de junio de 2024. En juego ya no solamente estaba el nombre de quien los represente en la boleta, sino su bastión más importante, junto con Jalisco.
Movimiento Ciudadano, hay que reconocerlo, ha reconfigurado el mapa político nacional. Dante Delgado es un estratega y político profesional. Entendió muy bien la dinámica de fortalecer la marca naranja desde lo local, y, de facto, ha llenado los vacíos que dejaron PRD, PRI y PAN en ciudades electoralmente estratégicas. Por eso la crisis de Nuevo León y la licencia de Samuel García es relevante. Si MC no pesara, no tuviera un papel determinante en las elecciones presidenciales y el Congreso federal, el hecho sería una página más en el anecdotario político.
Vale apuntar ahora, que el concepto jurídico de la desaparición de poderes
y la intervención del Senado de la República la última vez que pasó fue en mi tierra, Hidalgo, siendo presidente de la República Luis Echeverría. Otoniel Miranda, gobernador que había sido electo sucesor del poderosísimo líder magisterial y ex líder del CEN del PRI, Manuel Sánchez Vite, no llegó a cumplir el mes en el cargo. A los 28 días, el Senado desapareció poderes en Hidalgo y, de paso, reconfiguró a la clase política por los siguientes 40 años. Evidentemente, la fórmula jurídica era solamente el síntoma de la crisis política, del cisma brutal entre Echeverría y Sánchez Vite, quienes, siendo grandes amigos, se convirtieron en los peores enemigos, en tiempos en que ser el peor enemigo del titular del Ejecutivo era una sentencia en más de un sentido.
El amago, la licencia, los dos interinatos fallidos
, y el regreso de Samuel a la medianoche con el riesgo de perder el control del estado, quedarán para el registro como el primer acto de la elección presidencial y recurrentemente serán material para el debate público, de aquí a la votación. Si el movimiento estratégico de partir la elección en tres, con un candidato disruptivo, interesante, era el nuevo componente de los comicios, mantenerlo gobernando Nuevo León casi por la fuerza podría entenderse como la última oportunidad del frente opositor de repensar y relanzar una campaña que nomás no frena su línea descendente. No será Samuel, será alguien más. Dudo que haya un perfil con tal idoneidad para el mercado joven, para el norte del país y para la parte del electorado que no votará por una mujer, por simples atavismos, pero MC encontrará a alguien que arrebate esos 10, 15 puntos, e impida que la oposición tenga alguna oportunidad de triunfo.
Con o sin Samuel, el frente opositor inicia abajo y con una inercia negativa. La campaña se irá volando y las últimas elecciones nos han enseñado que la fotografía de inicio de la campaña es usualmente la imagen final. Los electores no están modificando su voto por un debate, por una propuesta innovadora de campaña; las posiciones están sentadas, las fidelidades juradas y las aversiones claras. Así que, si en algún punto la oposición quiere ser competitiva, está ante los últimos instantes de oportunidad, algo que, con toda franqueza, se ve muy complicado y más aún con tantas candidaturas por definirse, donde la fractura y las deserciones han sido la variable permanente.
Samuel, guste o no, hay que reconocerlo, sacudió la campaña. ¿MC pinta o pinto? En la boleta o no, va a ser un factor a seguir. Con la narrativa correcta, y vaya que la comunicación es lo suyo, el gobernador de Nuevo León contará la historia de cómo iba creciendo, cómo iba a ganar y no lo dejaron, y es por ello que ni lerdo ni perezoso, desde ya apunta para 2030, narrativa que al electorado mexicano –así lo prueban las primeras dos décadas del siglo– le fascina.