La secretaria del Medio Ambiente, María Luisa Albores, aseguró ante diputados que en los 80 metros de ancho de la vía del recorrido del Tren Maya sí hubo lo que estoy comentando, de la parte deforestación, pero estamos forestando más, mucho más de lo que se ha deforestado.

En su asistencia ante comisiones y a la insistencia de los diputados de oposición, respecto de que no se cumplió la promesa de no derribar ni un solo árbol durante la ruta, la funcionaria sostuvo que se taló acahuales, la selva primaria que sale después de la deforestación.

También, en una declaración que derivó en más críticas de PAN, PRI y PRD, Albores indicó que cuando sale el decreto (de la obra), el planteamiento es que los manifiestos (sic) de impacto ambiental estuvieran llevándose a la par que el proyecto.

La diputada priísta Melissa Vargas recordó que la oferta presidencial fue que no se tiraría un solo árbol en la construcción del tren y mencionó que, según organismos internacionales y organizaciones de protección ambiental, se estima que casi 10 millones de ejemplares fueron cortados.

Citó que, en respuesta a una solicitud de información pública, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), encargado de la obra, informó que se talaron 3.4 millones de árboles, pero la diputada insistió que una estimación indica que sólo en el tramo 5 se cortaron 2.5 millones en una amplia extensión de selva.

Enseguida preguntó: ¿Nos podrían informar dónde están los árboles, dónde están las maderas? ¿Por qué autorizaron la obra si las manifestaciones de impacto ambiental del tramo 5 tenían errores como no contar con mecánica de suelos?

Albores respondió: cuando hablamos de selva, creemos que es ésta y no lo es, estamos hablando de acahuales. Es esa selva primaria que sale después de que existe la deforestación.

Agregó que en esa área se hizo, a través de las brigadas forestales, la reubicación de lo que es flora y fauna. Para ésta se situaron viveros y se llevaron a diversos sitios algunas especies a ejidos.

Indicó que, mediante Sembrando Vida se coadyuva a la reforestación en los 167 ejidos por donde pasa el tren, e incluye más de 78 mil hectáreas en ese régimen de cuidado.

Defendió el proyecto, al definirlo como la obra de comunicación más larga del país, la única que tiene más pasos de fauna, más de 500, y con más sistemas en cuestiones del agua.

Incluso invitó a los legisladores a que acudan a la inauguración de la ruta, que va a acercar directamente a lo que es el desarrollo del sureste, que no lo ha tenido. En caso de los manifiestos de impacto ambiental faltantes de la dependencia, se sigue trabajando conforme a los tiempos que tenemos.

A una denuncia respecto de comunidades desplazadas por la ruta del tren, sostuvo que sólo hubo algunas viviendas que se quisieron regularizar, la gente quería hacerlo, se les dio toda la facilidad para construcción de vivienda.