Guadalajara, Jal., La escritora italiana Dacia Maraini sostuvo en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara que tiene un sentimiento de justicia innato, aunque creía que el tema atañía sólo a ella y le creó al paso del tiempo una posición política.

Durante la apertura del Salón Literario Carlos Fuentes, la tarde de este domingo, refirió que su padre decía que cada injusticia hecha en el mundo tiene que ver conmigo. Esto me creó un sentimiento político en torno a la democracia, la pobreza, y, sobre todo, de las injusticias recibidas por las mujeres. Entendí que tenía que ver con todo el mundo, especialmente cuando el mundo es patriarcal.

Al finalizar la charla con la narradora Guadalupe Nettel, Maraini recibió una medalla conmemorativa de manos de Silvia Lemus, periodista y viuda de Carlos Fuentes.

La autora italiana contó que la sociedad de su país estaba regida por leyes muy antiguas que dictaban que la familia era una pirámide con el padre en la cúspide, seguido de la mujer y los hijos. Si la mujer traicionaba al esposo podía ser condenada. Al revés no.

Luego, en 1968, el feminismo cambió a Italia con una revolución pacífica, aunque la discriminación sigue pero es ilegal. Faltan los cambios culturales, mas la ley es igualitaria. La ley se cambia más fácilmente que la cultura. Las actitudes mentales cambian en un rato.

En torno al ámbito cultural de los años 70, recordó que entonces era muy unido. Había una solidaridad que se perdió, probablemente, porque la situación es diferente. Un país es sano cuando tiene ideas compartidas, ideologías o cultura. Esto se vuelve una ética. Ahora hay buenas ideas, pero están fragmentadas; quizás ocurre en todo el mundo.

▲ En la FIL, la autora italiana (de azul) recibió una medalla conmemorativa de manos de la periodista Silvia Lemus, a la izquierda.Foto FIL/Eva Becerra

La galardonada novelista sostuvo que en este momento histórico el tema fundamental de la literatura italiana, pero creo que en otros lados también, es la familia. Los escritores que tratan la crisis no hablan de las cosas que van bien sino de las que van mal.

Opinó que la crisis de la familia, es que los padres y madres se sienten más cercanos o compañeros de juegos que como personas que tienen que educar a la vida, dar dirección o ayudar a crecer. Esa es una crisis cultural. La familia es un lugar inseguro, peligroso, difícil, aunque hay familias maravillosas.

En torno a los feminicidios, la novelista dijo que los hombres que matan son los que identifican la propia virilidad con el dominio. Si un hombre cambia y entiende la necesidad de autonomía de las mujeres es un justo. Esos varones que quieren la autoridad sobre la mujer, a veces se vuelven a asesinos. En cambio, las mujeres hoy no son violentas por motivos históricos, porque fueron obligadas a transformar la agresión en ayudar, curar y una actitud pacífica, solidaria.

Por último, comentó que Italia es un país de llegada de migrantes pero carece de una cultura sobre el tema: el problema del momento es crear una ética para acoger, porque no puedes simplemente dejarlos en el mar.