Domingo 26 de noviembre de 2023, p. 4
Guadalajara, Jal., Las Ciencias de la Felicidad, que buscan cómo mantener, provocar y promover esta emoción, son esenciales tras la pandemia. Era natural que las familias, en particular los jóvenes, los niños y las niñas, no emergieran felices porque pasamos cosas muy rudas
, sostuvo la bióloga María Emilia Beyer.
La directora del Universum, Museo de las Ciencias, participará hoy en la charla Mentes neurodiversas en la literatura en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara; acompañada por la poeta Elisa Díaz Castelo y el médico y escritor Jesús Ramírez-Bermúdez.
La conversación versará en torno a la presencia común de mentes que piensan y se comunican de forma diferente, ahora llamados neurodiversos, en multitud de obras literarias a las que enriquecen.
La especialista explicó a este diario que las Ciencias de la Felicidad es “una rama de la neurobiología que está estudiando esa emoción como una reacción que tiene el sistema nervioso central y una serie de partes del cerebro involucradas en cómo leemos las emociones ante estímulos que normalmente nos harían sentir bien o felices. Estudia la felicidad, pero también otras emociones universales.
Aunque no nos guste estar tristes o con miedo o enojados o frustrados o a disgusto, emociones universales que encontramos en todas las culturas del mundo, finalmente son parte de cómo respondemos al entorno. Lo saludable es que si el estímulo debe hacernos sentir asustados, reaccionemos asustados; si es un estímulo triste debería entristecernos, pues el cerebro lee, decodifica y te debería hacer sentir así.
Hizo énfasis en que las personas que ante una situación muy fuerte en lugar de estar tristes están felices, tampoco están bien. Muchas veces pensamos que estar felices todo el tiempo es lo correcto. No: lo correcto es que nuestro cerebro, el gran lector de estímulos del mundo, pueda reaccionar con la emoción adecuada
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La investigadora refirió que en este estudio intervienen la sicología y la siquiatría, entender cómo se cruzan los neurotransmisores para generar lo que llamamos felicidad es un tema importante. Sobre todo la neurobiología, la neuroquímica y la endocrinología, que estudia las hormonas, mensajeros químicos involucrados en entender cómo funciona la felicidad
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¿Qué pasa?, ¿qué no tienes?, ¿qué se promueve con ciertas actividades?, ¿cómo funciona el circuito de recompensa del cerebro? Y, en suma, la serie de neurotransmisores que son los que nos hacen sentir mejor. Algunos te promueven hacerte sentir en armonía, otros, no sentir dolor.
María Emilia Beyer, autora de casi una decena de libros sobre ciencia, refirió que en el índice mundial de felicidad nos gana Finlandia, a pesar de que “los mexicanos somos superalegres, vivimos llenos de color, nuestra música es preciosa, nuestra comida es exquisita.
“Los indicadores serios, digamos el Producto Interno de la Felicidad, de la salud mental (…) incluye dos elementos importantísimos que hacen que un grupo social se considere más feliz o menos feliz, uno de ellos es la libertad.
La libertad no es nada más no estar encerrado: es tener una niña de dos años y sentir que se puede llevarla al parque y leer una revista mientras ella juega y no va a pasar nada. En los países que sienten que sí pueden caminar por sus calles a las 11:30 de la noche y no se están jugando la vida, son los que se dicen a sí mismos más felices.
Concluyó: cuando hay adrenalina, no tienes hormonas de la felicidad; cuando estás alerta, no estás tranquilo, y la tranquilidad es hermana de la felicidad en el nivel neurobiológico. Si no estás tranquilo, no eres feliz
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