Ante la crisis migratoria, Francisco Javier Acero, obispo auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, informó que la Iglesia católica busca establecer una mesa de diálogo con el Instituto Nacional de Migración para ofrecer soluciones.

En conferencia de prensa en la Parroquia de la Santa Cruz y Nuestra Señora de la Soledad, en cuyo atrio y en su interior se encuentran unas mil 800 personas en movilidad, precisó que, en ese espacio de diálogo estarán los actores principales encargados de migración y agregó que la intención es que, en esas mesas de trabajo, también se tomen acuerdos para ir reubicando, no desalojando, a toda la gente que está alrededor de las casas de migrantes o de las parroquias.

En meses recientes, los migrantes que han llegado a la Ciudad de México para conseguir refugio en el país o residencia en Estados Unidos (a través de la aplicación CBP One), padecen una serie de abusos y con tal de no regresar a sus países se sujetan a ellos.

En la Central del Norte hay taxistas que los llevan al albergue temporal del Bosque de Tláhuac para cobrarles una tarifa más alta, les aseguran que ahí se ubica la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), pero en este sitio ya no opera el módulo que ofrecía atención a los solicitantes de refugio, cerró el 8 de noviembre.

Los taxistas los dejan en esa zona de la alcaldía Tláhuac en vez de llevarlos a la colonia Juárez, donde está la oficina principal de la Comar. Aquí vienen y los dejan, les cobran de 350 a 500 pesos, y luego se enteran de que aquí ya no hay ningún trámite, contó un elemento de la Secretaría de Seguridad Ciudadana capitalina.

Prevalece tragedia humanitaria

Benito Torres, párroco del templo de la Santa Cruz y Nuestra Señora de la Soledad, invitó al presidente Andrés Manuel López Obrador a visitar la zona.

Hago un llamado al Presidente a que se dé una vuelta y pueda dialogar con los migrantes y dar una solución. Podemos saber mucho sobre los migrantes, pero si no nos metemos a su realidad, a sus necesidades, solamente se queda en un discurso.

El presbítero Juan Luis Carbajal, director de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de México, insistió en que prevalece una tragedia humanitaria, porque los espacios para apoyar a las personas migrantes están sobrepasados.

Destacó que los migrantes no quieren quedarse en México, pero lamentablemente no tiene alternativas seguras para continuar su viaje al norte e insistió en que la responsabilidad es de todos, pero la responsabilidad jurídica es del Estado, que es el encargado de la cuestión migratoria.

A las afueras de la referida parroquia, las personas migrantes están en casas de campaña, y en las noches el interior del templo se convierte en dormitorio.

Otros instalan sus carpas en las cercanías del albergue del Bosque de Tláhuac y de la terminal de autobuses del norte. La calle no es vida, queremos estar en una casa, pero no tenemos papeles para un contrato, relató Kenson, joven originario de Haití.