A través del Programa de Integración Local (PIL), impulsado por la Agencia de las Naciones Unidas para Refugiados (Acnur), desde su creación en mayo de 2016 y hasta octubre de 2023, más de 35 mil personas de diversas nacionalidades refugiadas en México han accedido a un empleo formal.

Este programa, señala Acnur, aprovecha la dinámica demográfica del país y particularidades de la economía nacional como el nearshoring (relocalización) y la necesidad de mano de obra, para incorporar a personas refugiadas al mercado laboral, lo que también les ha permitido tener mayor acceso a servicios educativos y de salud e iniciar procesos de naturalización.

El Programa consiste en reubicar y acompañar a personas refugiadas desde el sur del país, donde solicita asilo la mayoría, a ciudades del centro y del norte, que cuentan con mayor capacidad para responder a las necesidades de la población, detalla Acnur.

De acuerdo con el perfil de los participantes del programa, 38 por ciento de las personas adultas cuenta con experiencia en servicios, 26 por ciento en construcción y 13 por ciento en agricultura, trayectoria que les ayuda a insertarse en la economía mexicana.

La Acnur destaca que la incorporación de la población refugiada a la economía formal se traduce en una contribución anual de 187 millones de pesos mexicanos en impuestos y contribuciones, y se estima que en los próximos 12 meses las más de 35 mil personas refugiadas reubicadas hasta ahora generarán aportaciones estatales que exceden el presupuesto de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados para 2024.