El despojo de certezas: los temores de antes y las preocupaciones de ahora por la presa El Zapotillo
Las comunidades de Acasico, Palmarejo y Temacapulín han enfrentado la amenaza de despojo y desplazamiento debido a la imposición del megaproyecto presa El Zapotillo. En este contexto están presentes acciones violentas que han trastocado la vida de las personas.
Han transcurrido casi 17 años desde el anuncio del plan para la construcción de la presa El Zapotillo. En el año 2021, Andrés Manuel López Obrador advirtió la intención prioritaria de continuar con la construcción de la presa, pero sin inundar las comunidades, por ello, se implementa el Plan de Justicia por el Gobierno Federal, con él se intenta reparar los daños a los poblados afectados, centrándose en el resarcimiento de los perjuicios materiales a través de programas sociales, pero, ¿qué ha ocurrido con los impactos y afectaciones psicosociales que han marcado la vida de las personas en las comunidades?
Acasico, de la desinformación y las promesas incumplidas a la incertidumbre. Cuando se inició el proyecto de construcción de la presa El Zapotillo, la comunidad de Acasico no recibió información oficial ni directa. Hasta ahora, persiste un profundo malestar en la población debido a que nunca se les notificó previamente sobre la construcción. Durante el periodo de amenaza de inundación, la CONAGUA, el Gobierno Federal y la Fundación Desarrollo Sustentable, A.C. les prometieron cosas que no se cumplieron: que las obras de la presa se realizarían hasta que estuvieran reubicados, indemnización, viviendas nuevas, les prometieron un “reasentamiento participativo”, pero no fue así, ocasionando molestia y desconfianza en la población.
Actualmente, algunas personas de Acasico continúan a la expectativa de lo que ocurre con las obras, con la rehabilitación de la infraestructura y con lo solicitado en el Plan de Justicia. Respecto a este tema se revelan diferentes posturas, algunas rodeadas de incertidumbre, de inquietudes por la toma de decisiones y los consensos.
El deseo de volver a tejer comunidad en Palmarejo: del desplazamiento al derecho de retorno. Luego del anuncio del plan de la presa El Zapotillo en Palmarejo, la población estaba distribuida entre quienes sí vivían en la zona, aquellas que estaban de manera temporal y quienes tenían propiedades o familiares en Palmarejo. Se les propuso vender sus terrenos, les prometieron reubicación y nuevas viviendas como parte del trato. Hubo reubicaciones, desplazamientos, continuaron las dudas, las inconformidades, las molestias, un inevitable deterioro del patrimonio de las personas y de los lazos comunitarios.
Entre los puntos del Plan de Justicia, se solicitó el “derecho al retorno de la comunidad de Palmarejo”. Surge un reforzamiento en las relaciones de personas vinculadas a Palmarejo, se va vislumbrando un proceso organizativo para emprender la recuperación y repoblación de la comunidad, se anuncia el deseo de rearmar el telar del tejido comunitario. Sin embargo, hoy día, prevalece la incertidumbre ante la posibilidad de que el proyecto de la presa con inundación se reactive en los siguientes sexenios y que el territorio se pierda. Aún persiste una acentuada sensación de inseguridad sobre las situaciones jurídicas, sobre su patrimonio y la falta de certezas.
De los años de lucha y resistencia en Temacapulín, al agotamiento y la búsqueda de justicia. La población se enteró por los medios de comunicación de que la construcción de la presa implicaría la inundación de su comunidad. No hubo un aviso oficial. Esto generó gran indignación, y decidieron organizarse a través de un comité ciudadano. Desde el inicio del conflicto, las posiciones ante la presa han tenido matices. Sin embargo, una demanda contundente ha sido la no inundación de su comunidad. Durante los años de lucha y resistencia, las personas que se oponían a la construcción de la presa se vieron expuestas a diversas afectaciones psicosociales que sobresaltaron su salud mental y emocional: la amenaza de despojo, la incertidumbre y el miedo. El conflicto provocó el debilitamiento del tejido comunitario.
Aún con el anuncio de no inundación, estas afectaciones continúan y se complican con nuevas tensiones y conflictos derivados de la lucha por la reparación del daño y las percepciones sobre la justicia. La multiplicidad de opiniones, posiciones y formas de vivir el conflicto se acentúan aún más por factores como la duración de la lucha y resistencia, un desgaste acumulado resultado de un periodo extendido de incertidumbre y experiencias estresantes vividas por la ejecución del Plan de Justicia.
El prolongado conflicto ha dejado estragos psicológicos, físicos y relacionales. Cada una de las comunidades ha tenido diferentes niveles de impactos y afectaciones psicosociales de manera dinámica a lo largo de los años. Desde el sentir de las poblaciones de Acasico, Palmarejo y Temacapulín, el conflicto no ha finalizado del todo, retoma otros matices, con el anuncio de no inundación y la implementación del Plan de Justicia sí se generaron algunas expectativas y esperanzas, pero surgieron otras tensiones y desasosiegos para las comunidades. •