Número 194 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Miscelánea
Sandra Martínez Romero

Sobre los arenales húmedos. Atlazalpan

Sandra Martínez Romero Integrante del Consejo Comunitario Atlazalpan A.C.

San Pablo Atlazalpan es uno de los trece pueblos originarios que conforman el municipio de Chalco Estado de México, ubicado al sureste de la cuenca de México con una población aproximada de 18,751 habitantes (INEGI, 2020). Preserva tradiciones, costumbres y festividades como: el baile del guajolote, los chinelos, la celebración del día de muertos, los temazcales, el baño nuevo, las pastorcitas y las fiestas patronales entre otras, que lo mantienen como un firme defensor de su cultura e identidad.

Los último meses del año 2017 fueron muy complicados para varios pueblos y municipios del estado de México, entre ellos San Pablo Atlazalpan, pues un día se amaneció con la noticia de que en nuestra comunidad se había instalado un proyecto minero que consistía en la explotación de un banco de material pétreo de roca de basalto para abastecer la construcción del “Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México”, (el NAICIM).

La pregunta fue: ¿qué hacer? ¿Cómo detener la destrucción de nuestro cerro? ¿Cómo conservar el patrimonio histórico de la ex Hacienda de Axalco, lugar de donde se estaba extrayendo la piedra? ¿Cómo parar el daño ambiental a nuestro ecosistema?

La respuesta a todo esto fue: informar, capacitar y organizar a nuestra comunidad.

La lucha por la dignidad, la defensa de nuestro patrimonio y los derechos como pueblo originario iniciaron con la primera asamblea informativa a nuestra población el 5 de febrero del 2018. En dicha asamblea se formó el Comité para la Investigación de la problemática de la mina, la cual demostró, meses después con carpeta en mano, la ilegalidad de la empresa minera en nuestra comunidad. En este proceso de defensa de nuestro territorio, el Comité recibió todo tipo de capacitación, se mantuvo el acompañamiento integral, con organizaciones que defienden los derechos de los pueblos, desde la postura de la organización colectiva, informada y participativa. Se organizaron talleres de derechos de los pueblos indígenas, se realizaron periódicos murales manteniendo relaciones sociales con organizaciones civiles, fundaciones, frentes y colectivos como: Controla Tu Gobierno, El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, La Comisión de Cuenca de los Ríos Amecameca y La Compañía, la Escuelita del Agua, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad Iberoamericana, el Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero, el colectivo “Hojita Verde”, Servicios y Asesoría para la Paz (SERAPAZ), entre otros que buscan el mejoramiento, la sustentabilidad y la preservación de la autonomía de las comunidades. Finalmente, y después de varios movimientos, manifestaciones, asambleas y reuniones, las investigaciones y la justicia se vieron laureadas con el cierre de las minas en 180 cerros, en toda la región, y la cancelación del llamado “Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México”. Y todos fuimos una sola voz: YoPrefieroElLago.

A la par de la formación de este comité nació el Consejo Comunitario Atlazalpan (legalmente constituido desde el año 2020 como Consejo Atlazalpan), asociación civil sin filiación política, respetuosa de las diferentes creencias religiosas, abierta a la libertad de pensamiento de una sociedad cada vez más plural y cambiante.

Hoy por hoy nuestro trabajo como Consejo Atlazalpan busca lograr un desarrollo sustentable y sostenible, que haga frente al calentamiento global, defendiendo nuestro territorio y agua para mejorar las condiciones de vida de toda la comunidad, promoviendo principalmente proyectos culturales, fomentando alternativas agrícolas anteponiendo la creación y desarrollo de una economía circular.

Como Consejo Atlazalpan hemos organizado exposiciones fotográficas, conferencias, talleres, en torno a la historia de la población y hemos logrado el reconocimiento de la comunidad fortaleciendo vínculos de convivencia, aun con diferencias culturales intracomunitarias (religiosas incluso), no han sido un obstáculo para colocar los temas de interés común. También se ha logrado a través de la producción agroartesanal de setas, lechugas hidropónicas, producción de composta, una importante participación de las mujeres san pableneses, rescatando las voces de nuestra gente, los saberes ancestrales, valorando las opiniones de quienes ya recorrieron los sinuosos caminos, manteniendo el enfoque, visualizando la meta y conservando el sentido de comunidad.

En este año 2023 seguimos trabajando; buscando la forma de crecer, no solo cuantitativa sino cualitativamente. No obstante, existen trabajos pendientes hacia la comunidad como el continuar la gestión y búsqueda de recursos para rehabilitar la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR), proyecto importante que de lograrse mantendrá la esperanza de nuestros campesinos para no vender las tierras de uso agrícola y transformarlas en tierras fraccionadas de uso habitacional u otro, con toda la problemática que eso conlleva (falta de planeación, ausencia de servicios como luz, agua, drenaje, escuelas, etc.)

Actualmente el Consejo, ha asumido la gestión para la construcción de la Casa de la Cultura de la comunidad y éste se presenta como un nuevo reto. Vivirlo en comunidad es una invitación a la unidad, dándonos la oportunidad de construir un proyecto alternativo que recupere nuestros saberes y prácticas (como la faena) que nos de esparcimiento, recreación, crecimiento, proyección e identidad.

El Consejo Comunitario Atlazalpan A.C. continúa preparándose, planea y organiza de manera estratégica sus pasos. No somos conocedores de todo, sin embargo, si somos buscadores de quienes puedan ampliar nuestros conocimientos, y le den firmeza y seguridad a nuestro andar. La invitación siempre abierta y cordial es a sumarse, a buscar y diseñar estrategias que nos permitan dar continuidad a la defensa de proyectos que nos ayuden a tener una vida digna, de un trato horizontal, lejos del asistencialismo político, la marginación cultural y social. El aprendizaje más profundo y con resultados tangibles es el de una sociedad organizada, comprometida y vinculada con su propia transformación. •

Sandra Martínez Romero
Sandra Martínez Romero