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Economía y entretenimiento
E

sas dos palabras parecen incompatibles; sin embargo, en el Museo Interactivo de Economía (MIDE) estos términos conviven armoniosamente. Es el primer museo del mundo dedicado a explicar temas de economía, finanzas y desarrollo sustentable con las más avanzadas tecnologías que brindan a sus visitantes experiencias divertidas y relevantes.

Está diseñado para estimular las emociones y el aprendizaje mediante juegos y actividades que facilitan la comprensión de conceptos económicos con el fin de ayudar a descubrir cómo funciona el mundo y a tomar mejores decisiones.

El MIDE surgió como una iniciativa del Banco de México para ser un espacio de divulgación de la economía y las finanzas que busca fomentar el pensamiento crítico y creativo. Además de la muestra permanente, hay exposiciones temporales sobre temas relacionados. Es un sitio muy visitado por grupos de escolares y estudiantes universitarios.

Las instalaciones cuentan con lo más avanzado en informática, el diseño gráfico y la animación para ofrecer información sobre temas económicos de manera sencilla.

Tiene pantallas que brindan, a petición del usuario, información amena, con maquetas, imágenes y aparatos que permiten, entre otras cosas, que usted diseñe su propio billete que puede llevar su foto. Original y divertido es el salón donde se hace una simulación del mercado en el que se fijan precios. La inflación se puede entender en una enorme pantalla que muestra cómo se saca el índice mediante el seguimiento de 17 mil productos.

Ocupa uno de los edificios barrocos más bellos del país: el antiguo Convento y Hospital de Pobres y Convalecientes de Nuestra Señora de Belén y San Francisco Xavier, de la orden de los religiosos bethlemitas. Esta institución nació en la actual Guatemala y llegó a la Ciudad de México en el siglo XVII.

Ubicado en Tacuba 17 esquina Bolívar, se construyó en el siglo XVIII y lo diseñó el notable arquitecto Lorenzo Rodríguez, autor del Sagrario de la Catedral.

Se cuenta que la orden de los bethlemitas fue disuelta por la Corona española porque brindó apoyo a los insurgentes durante la guerra de Independencia de México. Unas décadas más tarde padeció las consecuencias de las Leyes de Reforma y el soberbio inmueble fue vilmente mancillado. Se le construyeron viviendas en el hermoso patio y en otra parte se habilitó un hotel de media estrella.

Afortunadamente el Banco de México adquirió el edificio en 1990 y con la participación del Instituto Nacional de Antropología e Historia se realizó una extraordinaria restauración que tardó 15 años; finalmente, el Museo Interactivo de Economía se inauguró en 2006.

Se le calificó como uno de los proyectos más complejos e importantes del Centro Histórico de la década de 1990. El monumental edificio tiene cuatro niveles que incluyen planta baja, entrepiso, segundo y tercer piso, la superficie total es de 3 mil 700 metros cuadrados.

En una ocasión comentamos la hazaña que fue restaurarlo. Se empezó por despojarlo de todos los agregados hecho a lo largo de décadas y se devolvió el nivel original, lo que permite apreciar sus proporciones, que son imponentes.

El paciente trabajo fue sacando a la luz una obra de una finura excepcional, decorada con pinturas de fino trazo al temple, un enorme patio rodeado de esbeltas columnas de doble altura que sostienen arcos decorados con primor en la piedra clave. En el centro luce nuevamente la fuente que estaba enterrada y se rescató el hermoso guardapolvo de azulejos en tonos de azul que le dan un alegre toque de color.

El segundo patio no desmerece en exquisitez, con los muros decorados con adornos estilo morisco, en dos tonos de tezontle, injertado a manera de marquetería lo convierten en una obra única.

Casi cruzando la calle, en Allende 3, está Limosneros, que ofrece deliciosa comida mexicana elaborada con técnicas tradicionales y un toque contemporáneo. En la original decoración artesanal destaca el muro de tezontle del siglo XVII que da nombre al restaurante, porque se hizo con limosnas de los pobres que sólo podían dar piedras.

Algunos platillos favoritos: el jamón de atún curado en sal, el chilpachole de maíces nativos, langostinos de río a la brasa con recado negro y ayocotes en escabeche, así como el pato de 21 días. De postre, la torrija de tres leches o los quesos y mieles mexicanas. Puede adquirir algunos productos y finas artesanías.