Tres días han transcurrido y la Junta de Gobierno (JG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no ha designado a quien dirigirá la institución durante los próximos cuatro años. La deliberación de ayer concluyó cerca de las 6 de la tarde sin un acuerdo, por lo que sumaron más de 23 horas de debate sin resolución.

El rector Enrique Graue Wiechers rechazó que el tiempo transcurrido signifique una tardanza, pues hace ocho años, cuando él fue designado por este órgano colegiado, se tomaron cuatro días en el cónclave final.

–¿Pero esto no pone en riesgo la estabilidad? –se le inquirió al salir del estacionamiento de la Rectoría.

–No tiene que haber ninguna razón para ello. ¡Qué bueno que están haciéndolo, celebro un análisis crítico de todos los candidatos! Yo creo que es normal, son 10 candidatos, hace cuatro años fuimos cuatro y pues ahora son 10 los que entrevistaron –respondió.

En medio de la salida de los integrantes de la JG, Graue también abandonó la rectoría, y concedió unos minutos para comentar que los tres días de deliberación no dejan ver un desacuerdo, sino que se requiere de un análisis detallado.

Consideró incluso que los anuncios de los precandidatos a las gubernaturas el próximo viernes no interfieren con la deliberación y posible designación del rector para el periodo 2023-27, pues la agenda universitaria tiene ritmo propio.

Al preguntarle si asistirá a la entrega del Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español 2023, sólo respondió: Voy a estar aquí [en Rectoría] al tanto de lo que vaya a suceder.

Comentó que su oficina ya está organizada, y aunque no ha pensado qué hará después de que concluya su gestión, vamos a seguir en la academia.

Rostro cubierto

Al término de sus sesiones de debate, la mayoría de los integrantes de la JG ha salido por la puerta del estacionamiento de la Torre de Rectoría sin acceder a platicar con reporteros que cubren el tema de la sucesión y desean conocer cómo va el proceso.

Al salir en sus vehículos –muchos de ellos conducidos por un chofer–, algunos de los miembros del órgano colegiado han optado únicamente por saludar con la mano a los representantes de los medios, pero algunos otros se han cubierto el rostro con fólders, como es el caso de Ana Rosa Barahona.

Otros han preferido colocarse una gorra, o salir a toda velocidad del estacionamiento para evitar la posibilidad de ser abordados.