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Catástrofe en Guerrero
Restaurantes enfrentan la destrucción y deudas por el producto perdido

Se echó a perder el pescado que tenían para diciembre

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▲ Las fuerzas armadas continúan con el reparto de ayuda. La Guardia Nacional ha entregado 30 mil despensas y 175 mil litros de agua. La imagen, en Punta Diamante.Foto Alfredo Domínguez
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Periódico La Jornada
Jueves 9 de noviembre de 2023, p. 3

Acapulco, Gro., A dos semanas del paso de Otis, comerciantes de las colonias Alfredo V. Bonfil y Barra Vieja, dos de las playas más visitadas por el turismo, enfrentan los daños materiales a sus negocios y deudas de más de 150 mil pesos en cada restaurante por la pérdida de entre 200 y 600 kilos de pescado que iban a vender en la temporada decembrina.

La Jornada pudo constatar que en la playa Alfredo V. Bonfil el mar robó unos 150 metros de playa a los negocios, arrasó con sus palapas y zonas de servicio y ahora afecta los cimientos de sus comercios.

En Barra Vieja hay comerciantes que perdieron todo. Reciben ayuda institucional, pero subsisten de la pesca artesanal a la orilla del mar.

Durante un recorrido por ambas comunidades, los habitantes informaron que personal de las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de Marina Armada de México (Semar) repartieron víveres y enseres para el hogar a cientos de familias afectadas.

El mar se robó la playa

Jorge Luis Cepeda Flores, dueño de uno de los 48 restaurantes de la playa Alfredo V. Bonfil, mostró los estragos que del huracán en esta zona, donde más de 500 familias viven de servir en los comercios, ofrecer sus artesanías y brindar hospedaje.

El mar se llevó la playa. Antes del huracán teníamos como 150 metros de playa. El mar estaba hasta allá, señala a la distancia, para mostrar qué tanto estaban separadas las construcciones restauranteras de las olas. Ahorita ya llegó hasta acá y está escarbando debajo de los negocios.

Cepeda Flores señaló que un restaurante contiguo tenía una alberca y un espacio para sillería, mesas y palapas. Hoy la piscina no existe, es sólo un montón de materiales de construcción. Los espacios para descansar y consumir alimentos sobre la arena desaparecieron. Teníamos una alberca donde la gente podía meterse, y playa. Ahora no tenemos nada. El huracán se llevó todo.

Gerardo Ramírez, quien durante las temporadas vacacionales ofrece siete habitaciones en su domicilio, asegura que había restaurantes que requerirán reparaciones por más de un millón 600 mil pesos. “El costo de la reconstrucción será muy caro, pero eso será una parte de la afectación, pues en estas playas todos nos preparamos con al menos mes y medio de anticipación para recibir la temporada decembrina. Y todos los restauranteros perdieron más de 60 por ciento de pescado y mariscos que ya tenían listos.

Casi todos tuvimos que regalar a familiares, amigos y habitantes de otras comunidades el pescado y los mariscos, y nos quedó la deuda. Por la falta de luz hay quienes perdieron entre 200 y 400 kilos de huachinango, unos 200 kilos de camarón y otros tantos de otras especies.

En Barra Vieja el huracán arrasó con los 48 restaurantes del lugar y las palapas de palma y madera. María de la Luz García es una pequeña comerciante que perdió 300 de 400 kilos de huachinango que había adquirido para vender en diciembre.

El pescado y los mariscos los adquirimos al menos con un mes de anticipación y lo hacemos a crédito. Los pescadores saben que al final de la temporada su producto será pagado. Y ahora, debido a la falta de luz, todos perdimos nuestra inversión.

A diferencia de lo que sucedió en la playa Alfredo V. Bonfil, en Barra Vieja el mar se alejó unos 50 metros de donde comúnmente llega su oleaje. La empresaria lleva dos semanas limpiando su negocio y ya instaló seis mesas y su sillería en espera de clientes. Dice que llegarán.

Esperamos que en diciembre podamos recibir a nuestros visitantes como se merecen. Por lo pronto, ahora hay quienes vienen y preguntan si tenemos algo qué ofrecer, sí, aunque sea unos sopecitos y un refresco. Para mantener fríos los refrescos tienen que acudir hasta Marquelia a comprar hielo.

Aseguró que todos los comerciantes en Barra Vieja tuvieron pérdidas materiales y quedaron endeudados. Pero afirmó: Aquí cada quien está poniendo su granito de arena para salir adelante, limpiando su área, levantando su ramada, viendo la forma de que esto se levante, y el gobierno está haciendo su parte.

García pide “que ya nos visiten en Barra Vieja para salir adelante. Desgraciadamente estamos viviendo esto cuando se acercaba la temporada de diciembre y nosotros nos levantamos con el ánimo y la esperanza de limpiar y arreglar para que nos visiten.

¡Los de Acapulco siempre hemos dicho que somos bien chingones, nos caemos y nos levantamos con las ganas de seguir adelante!