Política
Ver día anteriorMiércoles 8 de noviembre de 2023Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Catástrofe en Guerrero

El turismo es principalmente chilango

Si tenemos apoyo podríamos reabrir en febrero, dice locataria
Foto
▲ Integrantes de la Sedena repartieron enseres domésticos en el ejido Barra Vieja.Foto Víctor Camacho
Enviado
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de noviembre de 2023, p. 4

Acapulco, Gro., Ni la caída de la afluencia turística que han vivido los últimos años ni los daños causados por el huracán Otis borran la esperanza de los comerciantes y restauranteros de las playas de Caleta y Caletilla de salir adelante. No ven posibilidades de reabrir al menos en un año, pero aseguran que harán lo posible para lograrlo, aunque todos coinciden que depende de la ayuda que les brinden las autoridades.

Antes del paso de Otis ya no se paraba ningún extranjero por ahí, y es el turismo nacional, principalmente el chilango, lo que los ha mantenido a flote, comenta Roberto, dueño del restaurante El Tiburón, que contaba con palapa con acceso al mar, área que ahora está semidestruida.

Ha sido el negocio de su familia desde hace 64 años, y desde hace 45 él lo administra. El martes, mientras algunos continuaban con la limpieza del restaurante, Roberto se dedicaba a quemar parte de la basura que se ha acumulado en las calles y que no hay fecha para que sea removida.

Otro de los locatarios lo asesoró para prender la fogata y eliminar así las palmas y madera inservibles. Con las láminas levantadas por el huracán hizo una barricada para impedir que el fuego se expandiera y se saliera de control.

A unos metros, varios de los locales del mercado de artesanías Santa Lucía están casi en ruinas. Los dueños han logrado salvar sólo una poca de su mercancía, pero no dan por perdido su negocio y aseguran que poco a poco volverán.

Hemos recibido más apoyo de la gente. Es el apoyo de los chilangos y de toda la República. Aquí es puro turismo nacional, pero más que nada del Distrito, los chilangos, cuenta Lucero Sánchez, cuya familia ha tenido ese local desde hace 30 años.

Si tenemos el apoyo podríamos abrir en febrero, pero si no lo tenemos, ¿cómo lo hacemos?, ni la luz nos ha llegado, añade Violeta Rosa, quien vende playeras, flotadores, sombreros y souvenirs. El rostro refleja su melancolía y se llena de lágrimas cuando expresa: Es el negocio que uno con tanto sacrificio hizo y ahora lo ve todo tirado; está difícil levantarse. Su local significa el sustento de ocho adultos y cinco niños.

Guillermo Hilario esperaba no encontrar nada en su puesto. Se salvaron dos chalecos salvavidas, tres sombreros, unas sandalias, un par de blusas, algunas bolsas para mujer y trajes de baño.

Se le ha dado prioridad a la zona costera, a la zona Diamante. Esta zona ha sido tradicionalmente olvidada, agrega Dulce Belem Rojas, quien tiene un local en el que vende mariscos. Aunque es pequeño, tiene 15 empleados, a quienes ha apoyado con despensas.

Reconoce que de tardar la reactivación económica sus ahorros no le permitirán seguir ofreciendo la ayuda a sus trabajadores. Veíamos que se trabaja a marchas forzadas, pero ha disminuido. Todo ese gran apoyo se está dando en otros lados, pero aquí falta.

En la parte trasera del mercado Santa Lucía está el Tianguis Turístico Caletilla, que quedó con daños mayores. Josefina y su hermana Jenny relatan que toda la ropa que vendían fue pérdida total, pero confían en salvar sus negocios que iniciaron hace casi 20 años.