Lunes 6 de noviembre de 2023, p. 36
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos (CDH), Nashieli Ramírez Hernández, llamó a superar el racismo y xenofobia para que se recupere la vocación de asilo de nuestro país, con el fin de garantizar el ejercicio de los derechos de niñas, niños y adolescentes migrantes, principalmente de Haití, muchos de los cuales viven en el albergue de Tláhuac.
El estudio de la organización Save the Children, titulado Revertir el riesgo y la tristeza: un asomo a la realidad de las personas haitianas en México, señala que más de 80 por ciento de quienes permanecen en dicho refugio –que suman 500– son de esa nacionalidad.
De ellos, 25 por ciento son niñas y niños; de esa cifra, tres de cada cuatro tienen menos de 5 años. Ellos enfrentan todos los días el impacto del desplazamiento forzado en condiciones de pobreza, y hasta de una segunda o tercera expulsión de países
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El intento de huir de la violencia en Haití los ha enfrentado también a la agresión intrafamiliar y presentar efectos negativos en su salud mental y sicosocial que se manifiesta en tristeza, estrés, falta de apetito y dificultad para dormir.
El representante del Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en México, Giovanni Lepri, dijo que los haitianos ocupan el primer lugar en solicitudes de asilo aquí, y la mitad de ellos quieren establecerse en Estados Unidos.
La directora ejecutiva de Save the Children en México, María Menéndez, urgió a facilitar el acceso de niñas y niños migrantes a las escuelas a fin de erradicar los riesgos que corren en su trayecto y los sentimientos de tristeza que eso les genera.
Ana Laura Nava, subdirectora de Monitoreo, destacó que 90 por ciento de los 606 participantes del estudio señalaron haber padecido hambre, 8 por ciento dijeron haber vivido en la calle y 77 por ciento fueron víctimas de algún delito.
Asimismo, 63 por ciento no tuvieron acceso a servicios sanitarios y 43 por ciento estuvieron enfermos durante su travesía, mientras dos tercios de los entrevistados admitieron no haber consultado con sus hijas e hijos menores la decisión de abandonar su país.