Bahía de Banderas, Nay., En Bahía de Banderas no se puede morir uno, porque no hay dónde lo entierren, comenta más en serio que en broma el asesor jurídico de los ejidos de Bahía de Banderas, Juan de Dios Lomelí, al abordar este problema.

El panteón municipal de esta localidad, en la cual habitan casi 200 mil personas, según el Censo de Población y Vivienda 2020, no es utilizado desde hace dos años por haberse construido cerca de un río y sin la indispensable manifestación de impacto ambiental (MIA).

Los otros cementerios que hay en la localidad son propiedad de 12 ejidos y la mayoría se encuentran saturados, lo que ha propiciado que en asambleas comunales se prohíba dar espacio a fuereños.

El presidente del ejido San José, David Cuevas, indicó que el camposanto de esa comunidad, uno de los más grandes de la ciudad, se encuentra al tope, pues durante la pandemia de covid-19 fallecieron muchas personas y se dio lugar a personas que no pertenecían a ese núcleo.

Refirió que hace cerca de un año la asamblea ejidal nos prohibió a nosotros como directivos vender o regalar (lotes funerarios) a personas de bajos recursos. Ya no hay espacios; los poquitos disponibles son para los ejidatarios.

Destacó que una preocupación de los ejidatarios, la mayoría de ellos de edad muy avanzada, es la falta de lugar para ser inhumados. Da pena y tristeza que la gente solicite un espacio y se lo nieguen. Eso me parte el corazón.

Camposanto municipal de $4 millones, abandonado

En septiembre de 2021, el entonces alcalde priísta, Jaime Cuevas, inauguró el cementerio municipal de San Juan de Abajo, que costó alrededor de 4 millones de pesos.

Se concluyeron los trabajos de más de 850 metros de bardeo perimetral, fachada de ingreso, primer módulo de fosas. Las familias de Bahía de Banderas ya podrán adquirir su propiedad a prevención. Termina la etapa de panteones ejidales saturados. Trabajamos para un ordenamiento y mejores servicios para los bahíabanderenses y lo haremos el último minuto de nuestra administración, afirmó Cuevas ese día.

No obstante, el camposanto está abandonado desde entonces, y el actual gobierno municipal que encabeza la morenista Mirtha Villalvazo no ha logrado ponerlo en servicio.

Hasta ahora, lo único que se sabe al respecto es que el ayuntamiento rechazó su apertura por haberse edificado en las cercanías de un río y sin la MIA.