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El Museu de l’Art Prohibit muestra obras censuradas que coleccionó Taxto Benet

El recinto ubicado en Cataluña interpela sobre los límites de la libertad de expresión

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▲ El periodista y empresario Tatxo Benet observa la pieza Shark, de David Cerny, una reproducción a escala real del cadáver de Saddam Hussein en un tanque de folmaldehído.Foto Europa Press
 
Periódico La Jornada
Jueves 26 de octubre de 2023, p. 3

Barcelona. El nuevo Museu de l’Art Prohibit, que se ubica en la Casa Garriga Nogués de Barcelona, exhibe obras censuradas coleccionadas en los últimos cinco años por su impulsor, el periodista y empresario Tatxo Benet, y que en una primera presentación exhibe 42 de las 200 piezas que reunió.

En rueda de prensa el martes pasado, Tatxo Benet aseguró que el recinto, que hoy abre sus puertas, es único en el mundo. En el recorrido museístico remarcó que las obras son tan importantes como la historia que tienen detrás.

La directora del museo, Rosa Rodrigo, afirmó que la colección de Benet es muy singular, con obras que han sido censuradas o apartadas de la exhibición en algún momento, que consideran todo tipo de disciplinas y un arco temporal de los siglos XVIII al XXI con piezas que dialogan entre ellas.

En esta primera exhibición, que se irá cambiando cada 10 meses o un año con entre 40 y 50 piezas, se encuentra el proyecto Amen, de Abel Azcona, que fue denunciado por profanación; Not dressing for conquering/HC04 Transport, de Ines Doujack, con una figura masculina que se podía identificar con el rey emérito y que fue retirada temporalmente de una exposición en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, y McJesus, de Jaine Leinohen, un Ronald McDonalds crucificado que fue quitaron de una exposición en Israel.

También incluye obras como Mao, de Andy Warhol, que no se presentó en una gira por China; la serie Suite 347, de Pablo Picasso, que la Iglesia rusa condenó por erótica; The statue of a Girl of Peace, de Kim Eun-Sung y Kim Seo-Yung, que ha provocado incidentes diplomáticos entre Corea del Sur y Japón, y la obra Piss Christ, de Andres Serrano, que ha sido agredida en numerosas ocasiones.

La exposición del nuevo museo también contiene el esbozo Schwebender Akt mit ausgebreiten Armen, de Gustav Klimt, de un lienzo que se quemó durante la Segunda Guerra Mundial y fue tildada de pornográfica, y Filipo Strozzi in Lego, de Ai Weiwei, retratado junto con otros tres personajes italianos clásicos a los que se privó de la libertad.

La exposición, que ocupa 2 mil metros cuadrados, abre con el díptico Shark, de David Cerny, una reproducción a escala real del cadáver de Saddam Hussein en un tanque de folmaldehído, y Always Franco, de Eugenio Merino, obra por la que el artista fue demandado y ganó el juicio.

Pese a la adquisición en 2018 de la obra Presos políticos en la España contemporánea, de Santiago Sierra –que no se encuentra en el museo, sino que está cedida al Museu de Lleida–, Benet ha dicho que la idea de reunir una colección alrededor de la censura no le llegó hasta después de comprar una pieza de Zoulikha Bouabdellah.

Referencia para Europa

El director artístico del museo, Carles Guerra, añadió que el centro es un ejercicio ambicioso de transformar una colección en un relato, y ha subrayado que puede estar destinada a ser una de las colecciones privadas de referencia en Europa, también como centro de estudios de la censura.

En la inauguración, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha subrayado que, si en algún lugar del mundo tiene sentido que hubiera un museo dedicado a la censura y arte prohibido es en Cataluña, una ciudad y un país que han sido baluartes de la libertad de expresión, creativa y cultural.

Aragonès ha señalado que este nuevo museo interpela en la defensa de la libertad creativa y sobre los límites de la libertad de expresión, y ha remarcado que el museo es un “grito a favor de esta libertad.

Apostar por la cultura es apostar por la libertad, ha señalado Aragonès, aplaudiendo la iniciativa impulsada por Tatxo Benet.