El silencio no es opción
a guerra contra el pueblo palestino atraviesa a la gente que no admite la indiferencia en el mundo entero. Las marchas se multiplican a la par de los ataques mortales contra la población civil en Gaza. No se sabe si la movilización consiga detener esta inhumana guerra, pero el silencio no es opción.
En La Garriga, localidad de Cataluña hermanada hace tres décadas con México y otros países del mundo, esta semana se organizan las Jornadas Abrimos puertas, construimos puentes, concebidas desde hace dos años, cuando la guerra contra Palestina era cotidiana pero no de la envergadura actual, para dar respuesta a las graves vulneraciones derivadas de la gestión que hace la Unión Europea de sus fronteras, mismas que se han intensificado a la par de la xenofobia, el odio y la mentira.
La visibilización y sensibilización sobre la barbarie mundial ocurre en las calles de este pueblo cercano a Barcelona y, de mane-ra central, en las escuelas de secundaria y bachillerato, porque ahí, en la juventud, se debe sembrar la solidaridad trasformadora y la búsqueda de justicia, como dice La Asociación Civil La Garriga, que organiza estas jornadas.
Decenas de jóvenes llegan este octubre a ver la exposición Seamos refugio. Por un mundo sin campos
, que recrea los campamentos de migrantes en Tapachula, México; Las Raíces, en Tenerife, Islas Canarias; Karatepe 2, en Lesbos, Grecia; Shu’fat, territorios palestinos ocupados, y los asentamientos informales en las fronteras de Bosnia-Croacia y Serbia-Hungría. Migrantes y refugiados huyendo de guerras, persecuciones y pobreza extrema es la constante. El rostro de ese mundo negado y de fronteras cerradas es lo que se exhibe. Que la gente pare y mire, se sorprenda y responda, de eso se trata. Lo mismo que tendría que estar haciendo el mundo entero frente al éxodo y la destrucción en Medio Oriente.
A estas jornadas arribarán, desde México, representantes del Congreso Nacional Indígena (CNI) acompañados del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, para denunciar otra cara de la violencia que se niega. Desinformemonos.org