El presidente de la Comisión de Trabajo del Senado, Napoleón Gómez Urrutia, confió en que la Cámara de Diputados apruebe a la brevedad la minuta remitida con las reformas que garantizan los derechos de cerca de 3 millones de trabajadores agrícolas, sector vulnerable que labora en condiciones precarias, con bajos salarios y sin seguridad social ni prestación alguna.

En entrevista, el legislador de Morena comentó que las reformas a las leyes Federal del Trabajo y la del Seguro Social, aprobadas por unanimidad el martes pasado, están encaminadas a saldar una deuda histórica con los llamados jornaleros agrícolas, ya que se establece el derecho a un trabajo digno, bien remunerado, con estabilidad y acceso a aguinaldo y pensión.

La medida, explicó, reduce la duración de la jornada laboral para garantizar la integridad física de muchas personas que trabajan en la agricultura de subsistencia o en empleos temporales. Se establece en la LFT recortar de 27 a 16 semanas de tiempo máximo de empleo eventual o estacional al año.

Pasado ese lapso, en un mismo sitio de trabajo con el mismo patrón, se presume que se trata de un empleo permanente y de ese modo se acorta el tiempo de posibles simulaciones en la contratación y se garantiza que reciban prestaciones con mayor justicia, comentó.

El también dirigente del Sindicato Minero agregó que la reforma obliga a los empleadores a registrar ante la autoridad laboral el contrato de trabajo donde señalen expresamente las condiciones mínimas del empleo y el derecho a la seguridad integral. Esto impacta positivamente en el acceso a la atención médica y al sistema de pensiones, dijo.

Las modificaciones a la norma laboral establecen también el derecho a periodos vacacionales, días de descanso y aguinaldo de los jornaleros agrícolas y en general de los trabajadores del campo.

Por separado, la senadora priísta Beatriz Paredes consideró que la reforma lleva justicia social a quienes han padecido el mayor rango de injusticia y discriminación a lo largo de la historia del país, particularmente los trabajadores estacionales, los cortadores de caña, de café, aquellos trabajadores que desde el sur de México se trasladan a las grandes empresas agroalimentarias del norte y el noroeste.

Se trata, dijo, de un paso gigantesco en la historia del mundo laboral del campo mexicano, pero “se va a requerir que esta transformación legislativa corresponda un arduo trabajo de Trabajo y Previsión Social para obligar a que las grandes empresas agroalimentarias cumplan verdaderamente y paguen el salario justo y sobre todo, con acceso a seguridad social.